A perro flaco, todo son pulgas. La cooperativa Virgen de la Esperanza de Mislata, un centro especial de empleo que el pasado año se quedó sin la subvención anual de la Generalitat al aplicarse el criterio de concurrencia competitiva, ha presentado varias denuncias en la comisaria de la Policía Nacional por el destrozo de unos setenta cristales de la nave donde trabajan una decena de personas con diversidad funcional.
El primer acto vandálico se produjo durante el fin de semana del 10-11 de junio. El lunes, al acudir al trabajo, apreciaron que habían roto a pedradas una treintena de cristales de la nave, situada junto al cementerio de Mislata. «Tuvimos que limpiarlo todo para que los empleados no se cortaran», explican desde la cooperativa. El jueves, tras presentar la denuncia el lunes y la visita del perito del seguro, les repusieron todas las lunas rotas. Pero duraron poco tiempo. Esa misma tarde -el horario laboral es de 7 a 15 horas- volvieron a causar destrozos en 17 cristales, muchos nuevos.
La cosa no quedó ahí. El pasado lunes la fractura alcanzó a una veintena de lunas, casi las que habían sobrevivido al segundo ataque. En las denuncias presentadas ante la Policía Nacional, la cooperativa asegura que varios trabajadores de la zona han advertido de la presencia de un pequeño grupo de menores (entre los diez y los catorce años) y que señalan como posibles causantes de los actos vandálicos. «Hemos pedido a la policía de Mislata que vigile más la zona», apuntan desde Virgen de la Esperanza. Ayer, detectaron otras dos roturas.
Además, solicitaron al Ayuntamiento de Mislata la retirada de un contenedor de escombros por las obras en el cementerio, petición que ya se ha ejecutada. A su vez, presentaron por registro de entrada un documento en el Ayuntamiento de Quart por la presencia de un vertido ilegal de cascotes «en una calle que pertenece al municipio». Desde el consistorio quartero aseguraron que se inspeccionará la zona para determinar si los escombros están en Quart y, si es así, determinar si están en terreno público o privado y se actuará en consecuencia. «Solo nos faltaba esto. Si ya nos deben la subvención del pasado año, ahora tendremos que cubrir los gastos de las rejas que impidan más rotura de cristales», lamentan desde la cooperativa.
