Existe una extraña afección en la clase política que les impide su total desarrollo hasta que no emprenden el cambio del callejero de sus respectivos núcleos urbanos. Ocurrió durante la República, se repitió durante la dictadura, y se prosiguió en la democracia, y a fecha de hoy aun continuamos eliminado y reponiendo rótulos.
El 7 de abril de 2016 el Pleno del Ayuntamiento de Torrent aprobaba la eliminación de las calles que no cumplieran con la Ley de Memoria Histórica, fruto de este acuerdo se ha procedido al cambio de las calles dedicadas Primado Pla y Deniel, y Aviador Franco. El primero cumple con creces todos los requisitos de la ley para su eliminación, y aunque la mayoría de los actuales torrentinos no sabrían decirnos quien era tan ilustre personaje, algunos recordaran que fue el conocido como obispo de la «cruzada» que justifico el levantamiento militar de 1936. La controversia, o mejor dicho anécdota, viene de la mano del segundo personaje, Ramón Franco Bahamonde.
Corría el año 1926 cuando el 22 de enero partió de Palos de Frontera el hidroavión Plus Ultra, tripulado por el comandante Ramón Franco, el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el mecánico Pablo Rada. El 10 de febrero amerizaron en el Rio de la Plata, Buenos Aires, realizando por primera vez un vuelo con el mismo avión entre España y América.
Cinco años más tarde tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, que determinaron el advenimiento de la Segunda República, el consistorio de Torrent quedó formado por 12 concejales de candidaturas republicanas y 6 monárquicas. Apenas había pasado un mes cuando la nueva corporación municipal aprobó cambiar inmediatamente la rotulación de varias calles del municipio con denominaciones «del antiguo régimen con otros de las nuevas instituciones y de eminentes personalidades del progreso y civilidad»..
Y así fue, la Comisión de Estadística propuso los cambios y como consta en el acta del pleno del 29 de abril «se acordó rotular la Plaza de la Constitución con el nombre de plaza de la Libertad, la calle Sagra con el nombre de calle de Pablo Iglesias, la Plaza del Obispo Benlloch, con el nombre de Plaza de Blasco Ibáñez, la Avenida del Vedat con el nombre de Avenida de la República, la plaza de Alfonso XII con el nombre del Aviador Franco», entre otras. De esta forma a Ramón Franco se le rendía reconocimiento por la hazaña del Plus Ultra. Si echamos un vistazo a la biografía del personaje vemos lógico que el entonces consistorio de izquierdas de Torrent tomara esta decisión ya que en diciembre de 1930 se sublevó contra la monarquía amenazando con bombardear el Palacio Real de Madrid, por lo que tuvo de marchar al exilio. Con la llegada de la República fue rehabilitado, y ya posteriormente a otorgamiento de la calle, participó en las elecciones generales de 1931 presentándose en la circunscripción de Sevilla por el Partido Republicano Revolucionario y en Barcelona como independiente federalista. Fue diputado por Barcelona en el grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya y formó un grupo denominado «los jabalíes», integrado por diputados de extrema izquierda. Cuando se inicia la guerra civil Ramón se encuentra en Washington, como agregado aéreo en la embajada española, e intenta retornar a España para ponerse al servicio de la República, pero finalmente se une al bando sublevado, bien por motivos familiares, al ser ya su hermano Francisco cabeza del bando nacional, o por resentimiento al enterarse del fusilamiento de su amigo Julio Ruiz de Alda. En octubre de 1938 falleció una misión de bombardeo, quedando su muerte entre las teorías del accidente, el sabotaje e incluso la intervención de la masonería.
Es complicado que la decisión tomada por el ayuntamiento de Torrent de eliminar esta calle contente a todas las partes pero en este caso, tratándose de tan ambiguo personaje, creo todos han debido quedar contentos con el cambio, los de derechas porque era una calle que otorgó la República, los de izquierdas porque eliminan al hermano del dictador, y la asociación de comercio porque en los 100 metros que tiene la calle no existe ni un solo negocio, para el resto de los mortales creo que les importaba más bien poco estas profundas deliberaciones de nuestros políticos.
