Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las otras «pilotas» en el tejado de la Generalitat

El auditorio de Manises o la Escoleta de Xirivella son, como el complejo deportivo de Moncada, edificios inconclusos de la Generalitat

El alto estado de abandono del exterior de la Ciutat de la Pilota de Moncada, un megaproyecto que inició el PP de Zaplana en 2003 y que permanece inacabado pese a invertir 13 millones de euros, ha puesto de manifiesto el enésimo episodio de una época de altos vuelos y que, en algunos casos, no concluyó el aterrizaje.

El gran auditorio Pepe Sancho

El pasado mes de diciembre el conseller de Cultura, Vicent Marzà, comunicaba al alcalde de Manises, Jesús Borràs, que la Generalitat descartaba finalizar el gran auditorio Pepe Sancho. Se trata de un megaproyecto impulsado en 2005 por el entonces alcalde Enrique Crespo (PP) y Máximo Caturla, alto cargo de la empresa pública Ciegsa. La obra, de tres plantas sobre un terreno municipal de 6.000 metros, consistía en construir una escuela teatro con un auditorio para 800 personas, además de aulas, sala de ensayo y cafetería.

Tras varios cambios en el convenio entre ambas administraciones y dos adjudicaciones, se iniciaron los trabajos, que pagaba íntegramente la Generalitat. El consistorio recepcionaría el edificio terminado y se encargaría de su gestión y contenido cultural. Esto último no llegó a producirse. En 2012, tras enterrar 6,9 millones de euros, la contrata abandonó el edificio por los impagos del Consell de Camps. Ahora ambas administraciones negocian una salida para una construcción a la que le faltan varios millones para dejarla en condiciones mínimas. El ayuntamiento planteará un referéndum a los vecinos con varias propuestas de uso.

Una escoleta parada cinco años

El Ayuntamiento de Xirivella espera poder licitar en el último trimestre de este año las obras de la escoleta municipal. El comienzo de los trabajos pondrá fin a cinco años de bloqueo del recinto. La escoleta municipal estaba valorada en un millón de euros a cuenta del Plan Confianza que diseñó Francisco Camps. La obras se adjudicaron y comenzaron en 2012 pero la empresa las abandonó por las deudas de la Generalitat.

Tiempo después, la contrata entró en concurso de acreedores imposibilitando la rescisión del contrato para una nueva adjudicación. Desde entonces, el esqueleto del futuro edificio permanece abandonado, entre vallas y maleza. El consistorio llevó el caso a los tribunales y un juzgado ha fallado a su favor permitiendo, junto con el informe favorable del Consell Jurídic Consultiu, la rescisión unilateral del contrato.

El plan Confianza supuso para Xirivella la pérdida de una inversión de unos siete millones de euros, según el equipo de gobierno actual, que detalló que se renunció en su momento a la construcción de un auditorio y a un nuevo instituto.

Un mercado sin refrigeración

Paiporta inauguró en marzo del pasado año el nuevo mercado municipal, un edificio moderno acristalado tras una inversión de la Generalitat de 1,5 millones de euros del Plan Confianza. El proyecto se inició en 2010 pero las obras no comenzaron hasta cuatro años más tarde. Durante todo ese tiempo los vendedores se trasladaron a unos módulos prefabricados en la plaza Tres de Abril.

Finalizado el trabajo, que ya sufrió unas semanas de parón por impagos del Consell a la empresa, llegó el momento de recepción del edificio. Fue entonces cuando se detectó que el arquitecto que diseñó el mercado no incluyó la construcción de un transformador con el que dar potencia al aire acondicionado y al montacargas que da acceso a los trasteros de los vendedores del sótano y a los baños de la primera planta. Desde entonces personas con movilidad reducida no pueden acceder a los aseos y los vendedores deben bajar las mercancías por las escaleras.

La Generalitat ha liquidado el contrato con la empresa que hizo la obra, que estaba en concurso de acreedores, y debe adjudicar la obra para la construcción del transformador. Mientras, el ayuntamiento instala cada verano unos refrigeradores para bajar levemente las altas temperaturas del edificio acristalado.

De Centro de Día a sala

polivalente y ambulatorio

El Ayuntamiento de Massalfassar comenzó en enero las obras para reconvertir el edificio abandonado que se proyectó como Centro de Día para 70 jubilados y pensionistas del municipio. El edificio, también del Plan Confianza, contemplaba una inversión de la Generalitat de 411.000 euros mientras que el consistorio aportaba el resto hasta el total de 654.000 euros. Las obras comenzaron en 2010 , pero sólo un año más tarde la empresa entró en concurso de acreedores tras haber cobrado unos 200.000 euros.

El ayuntamiento valló lo que se había construido y así permaneció varios años hasta que el equipo de gobierno de Carles Fontestad ha retomado las obras pero con una finalidad diferente a la inicial, y ya ha reclamado a la Generalitat un cambio de uso.

Compartir el artículo

stats