Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Torrent

El fallido sanatorio Padre Jofré

Impulsado como hospital de referencia, acabó subastado como hotel y demolido en los cincuenta

Una de las pocas imágenes de lo que fue el Sanatorio Padre Jofré, en el Vedat de Torrent. Archivo Municipal de Torrent

Hace más de un siglo parece que también se llevaba eso de los grandes proyectos, la lentitud de la burocracia y su ejecución, y, por qué no, su efímero paso por su escasa rentabilidad. Torrent tuvo su estandarte en el Sanatorio Padre Jofré.

El proyecto de un manicomio modelo fue ideado a finales del siglo XIX por la Diputación de València. Pese a publicar las bases del concurso en 1892, a principios del 1900 no se sabía nada de la obra ni de los terrenos concretos donde se construiría, aunque la decisión era que fuera en El Vedat. Mientras los diferentes trámites seguían su lento recorrido, ni siquiera con la visita del rey Alfonso XII a València con motivo de la Exposición Regional de 1909 se logró un impulso para ejecutar la obra, según cuenta el historiador Salvador Císcar. Tal fue la falta de concreción, que la propia Diputación desestimó construirlo.

En 1915, el joyero valenciano Emilio Lalana retomó la idea de un gran sanatorio y compró una parcela de unos 2.100 metros cuadrados en el Vedat. Císcar desconoce cuando comenzaron las obras pero sostiene que finalizaron en 1923, «aunque su inauguración no llega a producirse pese a la visita del exministro Amalio Gimeno en mayo de ese año». Dos años más tarde, se bautiza el edificio como Sanatorio Padre Jofré, con los doctores Julio Bueso, Juan Estellés y Abel Bueso al frente. «Pese a que siempre se pensó en ofrecer el espacio para enfermos mentales, nunca se prestó tal asistencia ni siquiera se abrió», relata.

En 1926, el doctor Mariano Feliu, que había abierto años antes el primer centro antituberculoso en la Malva-rosa, se hace cargo del padre Jofré como sanatorio antituberculoso, así lo publicitaba en la prensa destacando el paraje torrentino y sus beneficios por el aire puro del Vedat.

Pero el negocio montado por Emilio Lalana no despegaba, pese a ofrecerlo a familiares del ejército con una tarifa especial. En 1932, el Juzgado de Castelló subasta el edificio, que fue vendido un año después a un empresario madrileño transformándolo en el Hotel Casablanca.

Incautado en la Guerra Civil

Tras estallar la Guerra Civil, el Comité Ejecutivo Popular de Torrent se incauta del hotel, para dar refugio al frente madrileño y convertirlo en el Hospital de Medicina del Vedat. Según los archivos de la época recopilados por Císcar, se ingresaron 97 enfermos por tuberculosis, del centenar de camas que disponía el establecimiento. Así, el sanatorio era uno de los principales centros de España antituberculoso. En 1941, la Dirección General de Sanidad destina al complejo del Vedat a José Olagüe, como médico, y a Luis Torres como administrador. Pese a estar en funcionamiento, las condiciones sanitarias no eran las mejores y los propios médicos se negaban a realizar intervenciones quirúrgicas, practicando únicamente neumotórax, sección de adherencias y frenicotomías.

Su andadura sanitaria finalizó en 1948, con el cierre de las instalaciones y el traslado de los enfermos a Porta Coeli. El sanatorio, abandonado en medio de las pinadas del Vedat, empezó a recibir críticas por el peligro de posibles infecciones y el alcalde Salvador Pardo ordenó su demolición poco tiempo después.

Compartir el artículo

stats