La sombra de Nou Mil·leni, la macrourbanización que incluía más de 10.000 viviendas y un centro comercial, todavía planea sobre la huerta de Catarroja. Si bien el Tribunal Supremo anuló el planeamiento en el año 2014 por no tener garantizados los recursos hídricos, la zona de cultivo donde se levantan algunas de las históricas masías y alquerías de la comarca aún no ha recuperado su protección. De hecho, el Plan General de Ordenación Urbana vigente actualmente en Catarroja, que se aprobó en 2011, incluía la gigantesta urbanización que durante años ha sido objeto de polémica y movilizaciones.
Por ello, en el Plan de Acción Territorial (PAT) de l'Horta, tanto en su versión original como en la recientemente modificada teniendo en cuenta las alegaciones, la huerta de Catarroja situada al oeste de la autovía CV-400 (Avenida del Sur) aparece sujeta a una disposición transitoria. Por lo tanto, en este suelo deberían ejecutarse las obras de urbanización «en los plazos establecidos en la legislación vigente en el momento de la aprobación del programa, que empezarán a contar a partir de la entrada en vigor del presente plan». No obstante, se da la paradoja de que ese programa de actuación urbanística que recoge el PGOU para la huerta fue anulado por el Supremo en 2014, con lo que se ratificaba lo dictaminado por el Tribunal Superior de Justicia valenciano en 2011.
Además del fallo judicial, motivado por una denuncia de la Abogacía del Estado, que provocó que el Consell diera carpetazo al expediente, se han producido otros pronunciamientos en la misma línea, en los recursos que presentaron propietarios y urbanizadores, según el edil de Urbanismo de Catarroja, Martí Raga.
Por ello, el gobierno local integrado por Compromís (que tiene la alcaldía) y el PSPV han encargado un informe a los técnicos municipales que clarifique la situación legal y urbanística de la zona, además de marcar las líneas que se deben seguir «para dar carpetazo también en Catarroja a Nou Mil·lenni», afirma Raga.
«El documento explica que, una vez anulado el plan parcial que constituye la alternativa técnica del programa, éste ha sido también anulado judicialmente y, en consecuencia, resulta imposible concluir unas obras de urbanización que ni siquiera han empezado», explica el concejal. El ejecutivo local ha tomado la decisión, por tanto, de presentar alegaciones al PAT de l'Horta en las que se pedirá al Consell que elimine la disposición transitoria para la huerta de Catarroja y le aporte la protección que le coporresponde.
De forma paralela, el gobierno ha habilitado una partida en los presupuestos de 2018, recientemente aprobados, para encargar la redacción de un nuevo PGOU, cuyos trabajos deberían ejecutarse el año que viene.
Cualificar los barrios
Raga indica que «hoy por hoy» el ejecutivo local quiere que se proteja esa huerta y que no se urbanice «ya que no existe ninguna necesidad, como hemos defendido durante años, mientras se tramitaba Nou Mil·lenni». La prueba es que «en Catarroja hay unas 2.000 viviendas vacías y «además se están despoblando, de forma preocupante, algunos barrios».
Por ello, la gestión local se dirigirá a «mejorar los barrios, como estamos haciendo ahora en el Raval, convirtiéndolos en más accesibles, con prioridad del peatón, donde puedan ir a vivir nuevas familias porque los niños y niñas podrán jugar en la calle».
Además, el consistorio ha puesto en marcha medidas como la creación de un banco de tierras, por el que los propietarios de suelo de huerta inactivo pueden cederlo para que otras personas lo cultiven, «que es el objetivo básico para esa zona».
