El partido conservador Nueva Democracia (ND), dirigido por Antonis Samarás, ganó ayer los comicios legislativos en Grecia y, aunque no logró la mayoría absoluta, podrá gobernar con los socialistas del Pasok. El partido conservador resistió así el envite de la izquierda de Syriza, dirigida por el carismático y joven Alexis Tsipras con su mensaje de rotundo rechazo al memorándum de medidas de austeridad impuestas por la Unión Europea.

El resultado de las elecciones supone una victoria de las fuerzas prorescate sobre los que se oponen a las duras condiciones de austeridad impuestas al país a cambio del rescate financiero. Tsipras se vio reforzado por el descontento de cinco años consecutivos de recesión y el creciente desempleo, y logró poner en jaque al tradicional bipartidismo que ha controlado la política griega durante los últimos 35 años.

Con el 97 % del escrutinio disponible al cierre de esta edición, Nueva Democracia obtuvo el 29,69 % de los votos, frente al 26,87 % de Syriza. Les siguieron el Pasok con el 12,35%, el nacionalista Griegos Independientes con el 7,49 %, el neonazi Amanecer Dorado con el 6,92 %, la centroizquierdista Dimar con el 6,22 % y el Partido Comunista con el 4,51 % de los sufragios.

Llamada a un Gobierno de unidad

Con estos resultados ND obtendrá 130 diputados –la Ley electoral griega otorga un «premio» de 50 escaños al partido más votado–, y el Pasok 34, lo cual significa que juntos podrán formar un gobierno con más de los 151 de los 300 escaños en el Parlamento, la mayoría absoluta.

Esa teórica coalición sólo representaría, sin embargo, a la mitad de los votantes. Poco para un Gobierno que necesitará sentirse muy legitimado para dirigir un país dividido, tras cinco años de recesión y dos de recortes brutales –la economía griega ha encogido casi el 70% en una década–, sin políticas de bienestar y a punto de desgajarse del euro.

«El pueblo heleno ha votado hoy por la permanencia del país en la eurozona y a favor de las fuerzas políticas que traerán empleo y desarrollo», declaró ante los medios Samarás. «Para eso invitamos a todas las fuerzas políticas que creen en eso a participar en un Gobierno de salvación nacional», añadió. «Haremos lo que hay que hacer», prometió anoche Samarás, pero «trabajaremos con los socios europeos para añadir a las políticas de austeridad algunas medidas que fomenten el crecimiento».

Del mismo modo, el líder socialista, Evánguelos Venizelos, consideró que con estos resultados electorales es necesario volver a tratar de pactar un Gobierno de «unidad nacional» con la participación de ND, Syriza, Pasok y Dimar. «Si queremos una Grecia que permanezca en el euro, mañana debe haber gobierno», dijo advirtiendo al resto de líderes de que tienen en sus manos una «misión nacional».

Sin embargo, Tsipras rechazó participar en un gobierno de estas características y anunció que como jefe de la oposición seguirá oponiéndose al «terrorismo económico» del rescate. Parece improbable que las formaciones de la izquierda apoyen un coalición gubernamental formada por los partidos tradicionales. El nuevo gobierno liderado por Nueva Democracia nace con la promesa electoral de tratar de renegociar el memorándum de medidas de austeridad, tal y como prometió a sus electores.

Los resultados muestran que los dos partidos que quedaron en las primeras plazas, ND y Syriza, han atraído el voto de los partidos que quedaron fuera del Parlamento en los comicios del 6 de mayo pasado, y además han conseguido robar electores a Griegos Independientes, el Partido Comunista y en menor medida al Pasok, que continúa en caída libre a pesar de disponer ahora de la llave del gobierno. Sin embargo, los neonazis de Amanecer Dorado lograron mantener su base electoral.

En el capítulo de incidentes, dos desconocidos lanzaron dos granadas contra una emisora conservadora en Atenas y una asesora deND de Lamía, en Grecia Central, fue detenida por haber intentado sustituir las papeletas de voto de otros partidos con las de su formación