El exdictador militar Jorge Rafael Videla y sus lugartenientes Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del tercer cuerpo de Ejército, y el exministro del Interior, Albano Harguindeguy han sido procesados por el asesinato del monseñor Enrique Angelelli en 1976, según informó ayer la web del diario El Mundo.

Angelelli era obispo en la provincia de La Rioja e investigaba los homicidios de dos sacerdotes de su diócesis: Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, ambos ocurridos el 18 de julio de 1976. El 4 de agosto viajaba en una furgoneta con documentación sobre esos crímenes y de repente el vehículo volcó, causando la muerte del religioso y heridas graves al acompañante.

La causa judicial se cerró casi inmediatamente como un accidente de tráfico. Pero en 2010 aparecieron testigos y pruebas, con lo cual la Justicia reabrió el caso y estableció que el coche de Angelelli, apodado "el obispo de los pobres", fue encerrado en la carretera por un vehículo militar y ello hizo que volcara. Se trató de un "accidente automovilístico provocado" y delito contra la Humanidad, como todos los de la "guerra sucia" de la dictadura argentina entre1976 y 1983.

El método del aparente "accidente" fue también usado por la dictadura para eliminar a monseñor Carlos Alberto Ponce De León, que ocupaba el obispado de la ciudad bonaerense de San Nicolás y tenía roces con los militares de la zona. Muchos lo apodaban "Monseñor Ambulancia" porque solía recoger a víctimas de las torturas y recibía a los familiares de desaparecidos.