El cantante del grupo Eagles of Death Metal, la banda de rock que estaba tocando antes de la masacre de hace un año en la sala Bataclan, ha desmentido que se le prohibiera su entrada al recinto en el concierto de reapertura de ayer, después de sus polémicas declaraciones en las que insinuó que la seguridad de la sala podría tener conocimiento previo del ataque.

Previamente, el director de la sala, Jules Frutos, había declarado a los medios franceses que prohibió la entrada de Jesse Hughes y de su agente en represalia por los comentarios del artista, al que tachó de "enfermo".

En respuesta, el representante de Hughes, Marc Pollack, ha calificado a Frutos como un "cobarde" y le ha instado a que se abstenga de hacer más comentarios falsos.

"Este día no va de Jessse Hughes. Jesse está en París para honrar los eventos de hace un año con sus amigos, familia y fans. Este día va de recordar la tragedia que pasó delante de sus ojos, mientras este cobarde de Frutos sigue informando falsedades y contaminando una oportunidad de extender el amor y la paz. Jesse ni siquiera intentó entrar en Bataclan", según la nota de su agente, recogida por Billboard.