Hay una creencia extendida entre los equipos que tienen como objetivo la permanencia, y pasa por no verse descolgado en la clasificación a las primeras de cambio. Por mucho que quede todo un campeonato por disputar, arrancar sin llenar de primeras el granero de puntos tiene un efecto psicológico incómodo, de ir a remolque y ganar contra corriente. Una sensación que le fue familiar al Levante UD la pasada temporada. Un calendario explosivo, unido a las bajas, le ancló desde un inicio en las posiciones bajas de la tabla y la búsqueda de un revulsivo se llevó por delante el proyecto de José Luis Mendilibar, primer técnico destituido por Quico Catalán.

Al Levante UD se le presenta, un año después y tras tres jornadas, un tramo de calendario bastante similar, lleno de curvas y siempre ascendente. Si la campaña pasada cayó ante Villarreal, Athletic, Barcelona, Rayo y Real Madrid, y sólo sumó una victoria y un empate ante Granada y Eibar, respectivamente, este curso el cuadro de Lucas Alcaraz deberá rendir cuentas ante tres grandes, FC Barcelona (20 de septiembre) y en Orriols ante Villarreal y Real Madrid (4 y 17 de octubre), y entre medias se cruzará con dos rivales directos por evitar el descenso: Eibar y Getafe (23 y 27 de septiembre.

La exigencia ahora es idéntica pero con un contexto muy distinto. A pesar de no haber conseguido todavía la victoria en las tres primeras jornadas, la imagen ofrecida como local contra Celta y Sevilla ha convencido a los aficionados. El equipo azulgrana va adquiriendo una mayor solidez defensiva y se le aprecia un crecimiento potencial. Eso sí, se considera indispensable puntuar en los duelos directos y seguidos ante Eibar y Getafe para afrontar las visitas de Villarreal y Real Madrid con un colchón más mullido.

Precisamente la campaña pasada las dudas en el club sobre Mendilibar arrancaron en la misma pretemporada y „con independencia de los tropiezos, dentro de la lógica, ante Villarreal, Barça y Madrid„ se acrecentaron con los tropiezos ante el Rayo „un inesperado 0-2„ y con el empate 3-3 en Eibar tras desperdiciar un 0-2 favorable. El levantinismo espera esta vez salir ileso.