Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que parecía que la única solución viable que tenía el Levante UD para pagar su deuda y sobrevivir pasaba por vender su estadio y construir uno nuevo, más modesto, por una precio inferior. Sin embargo, el presidente del club, Quico Catalán, ha defendido en los últimos años que la voluntad de la entidad azulgrana de permanecer en el Ciutat de València y ha argumentado que es posible hacer frente a la deuda sin tener que vender los terrenos del campo del fútbol. Su discurso lleva camino de cumplirse.

Prueba de ello son las obras de remodelación que el Levante UD está ejecutando en el coliseo levantinista. Según el informe de gestión que el club ha preparado para la Junta de Accionistas, el refuerzo del graderío en los últimos meses y el refuerzo de la estructura del estadio „proceso que se iniciará en breve„ permitirán que el Ciutat de València, inaugurado en 1969, prolongue su vida útil 45 años más „hasta el año 2061„. Una rotunda declaración de intenciones del consejo de afianzar la sede granota en el barrio de Orriols.

Hasta el momento, el Levante UD ha invertido cerca de 1,5 millones de euros en las obras de sus fondos propios. Hay que apuntar que la Liga de Fútbol Profesional había subvencionado para este fin una cifra cercana a los 3,7 millones de euros.

En paralelo a este plan de mejoras en el estadio, la deuda del club se reduce. A 30 de junio de 2016 la cifra a pagar es de 26 millones de euros y la mayoría está aplazada. Respecto a convenio de acreedores, el crédito ordinario ya está amortizado y ahora ya se está pagando el subordinado.

A la espera de la recalificación

El valor de los terrenos del estadio sigue siendo el gran seguro de vida del Levante UD. En el informe se explica que antes de que la recalificación de los 24.749 metros cuadrados sea definitiva (de uso deportivo a edificable), el precio estimado del estadio (en 2008) era de 42,3 millones. Cuando el Ayuntamiento concluya la recalificación, esta cantidad se multiplicará.