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Entrevista

Muñiz: "No me gusta vender burras"

«Hay varios equipos en Segunda que no bajarían en Primera. Nosotros somos uno de esos», afirma el técnico

Muñiz: "No me gusta vender burras"

¿Le ha venido bien este parón navideño al equipo?

El parón viene bien a todos. La temporada es muy exigente, son casi once meses de competición y aguantarla sin parones es complicado. Hay mucha intensidad, mucho ritmo y es muy exigente física y mentalmente. El parón es bueno si te reenganchas rápido.

¿La plantilla se puede quedar corta sin un refuerzo en enero?

Es una plantilla con 22 jugadores y todos pueden jugar. No la considero corta porque está bien equilibrada y tiene nivel. Los jugadores van a ir entrando y saliendo según su estado de forma, su estilo de juego, sus características...

¿Hay base para una plantilla de Primera División?

Hay varios equipos en Segunda que no bajarían en Primera. Nosotros somos uno de esos. Somos un equipo con intensidad, ritmo y con muchas cosas buenas. Girona, Getafe... unos seis equipos se mantendrían o pelearían por no bajar en Primera. Aquí hay una buena base, un buen equipo para poder trabajar con él en Primera, pero hay que mentalizarse de que estamos en Segunda y hay que hacer un buen equipo de Segunda.

¿Qué le pasa a Morales?

A Morales se le pide que haga de todo, que haga goles, que ataque, que defienda... Hay que dosificarle en responsabilidad. Es un gran profesional que desde el primer minuto no dudó en quedarse en el Levante UD y hace todo lo posible por dar una alegría a la afición y al club. Ha arriesgado su trayectoria profesional para conseguirlo. Queremos que lo haga todo y no puede hacerlo todo. Morales tiene una cosa importante: Velocidad. Con eso, el equipo se beneficia. Todo lo que sea marcar goles, perfecto, pero su velocidad y desborde ayuda mucho.

¿Por qué se hizo entrenador?

Hace muchísimos años, cuando estaba jugando con 20 años, empecé a hacer el curso de entrenador. Pensaba que cuanto más aspectos tácticos supiera mejor jugador sería. Esa inquietud me hizo meterme al curso de entrenador juvenil y de ahí fui pasando niveles. Me fui enganchando. Es una cosa que me atrajo y era una opción de futuro, aunque era una lotería. Ser futbolista y luego entrenador profesional es una suerte para poca gente. Así que mi inicio fue saber más tácticamente para ser mejor, porque yo sabía de mis limitaciones como jugador. Luego tuve la suerte de coincidir con Juande Ramos y trabajar con él, uno de los mejores entrenadores de la Liga. Eso fue una gran ventaja.

Habla de sus limitaciones como futbolista, pero usted jugó en Primera División...

Sí, y estuve tiempo, por suerte. Era central y sabía de mis limitaciones. No era Messi. Yo sé que muchos jugadores con mis condiciones y características no llegaron a profesionales. Llegué porque tenía capacidad de sacrificio, fuerza de voluntad, porque con la edad de decidir entre amigos y novia o fútbol preferí fútbol... Había un entrenador en el Sporting que un día me dio la oportunidad y ese día el Sporting ganó. Todas esas circunstancias fueron las que se dieron.

¿Se considera mejor entrenador que futbolista?

No lo sé. La etapa de futbolista ya pasó y estoy contento. Fueron muchos años en Primera y Segunda. Era un jugador de equipo que jugaba muchos partidos por temporada, sin lesiones. Como entrenador estoy iniciando y he de mejorar cada día hasta que lo deje. Como entrenador tengo mucho que mejorar todavía.

Como curiosidad, ¿qué delantero le complicaba más la vida?

Me la complicaba, pero se me daba bien: Penev. Era un jugador de mis características, pero era mucha batalla, mucha pelea.

¿Qué cosas del Muñiz futbolista plasma en sus equipos?

Me gusta que mi equipo sea humilde, honrado y trabajador. Así era yo como futbolista. Hay que saber jugar con balón y sin balón. Yo era de robar y jugar fácil. Además, el trabajo me lo tomo en serio, me gusta ser serio, responsable y jugador de equipo.

¿Le cuesta ser tan prudente en sus declaraciones?

Sé que cuando llegas a un equipo, cuanto más discursos grandilocuentes sueltes, más ambicioso pareces, pero a mí no me gusta vender burras. Me gusta ser realista, pisar el suelo y contar lo que sucede. Y en Segunda lo que sucede es que hay mucha igualdad, que los currículums no valen y si piensas en dónde estuviste hace cuatro años es perjudicial. Aquí no hay favoritos y los partidos se ganan con esfuerzo y tranquilidad. El Levante UD ha tenido humildad, trabajo, intensidad y tranquilidad. Eso hay que mantenerlo para dar a los futbolistas valentía y que se atrevan a cosas cuando llegue la jornada 39 y nos estemos jugando cosas.

Con todo lo prudente que es hablando, no se arruga para hacer cambios en la primera parte...

Los partidos van evolucionando y así como los jugadores toman decisiones dentro del campo, el entrenador tiene que hacerlo fuera. Hay veces que no hay que tocar nada o sólo hay que hacer una pequeña modificación, pero en otras hay que hacer cambios. El entrenador no puede verse limitado hasta el minuto 45. Te puedes equivocar, pero si lo piensas, hay que hacerlo. Prefiero irme a casa con todas las decisiones tomadas y no pensar: «tenía que haberlo hecho, pero no lo hice porque era el minuto 20».

¿Por qué hace todos los entrenamientos a puerta abierta?

Me gusta que la afición esté cerca del equipo, que lo apoye, que todo el mundo se sienta como en su casa en la ciudad deportiva. El socio ya hace mucho pagando su abono, así que puede venir a ver entrenar al equipo cuando quiera. Es un placer, siempre que podamos trabajar, claro. Aquí se dan todas las condiciones y es un placer. Necesitamos ese respaldo no solo los domingos, sino en el día a día. Cuando llego al estadio y veo a la afición animando antes de entrar al vestuario, me llena de responsabilidad. No sé si voy a ganar o perder, pero sí que he de dejarlo todo en el campo.

¿Se siente querido por la afición del Levante UD?

Me siento querido, protegido, muy bien tratado por la gente del club. Me siento muy a gusto en la ciudad. Lo que pasa es que no soy el típico entrenador que dice que vamos a estar en la Champions, porque no sé si lo voy a poder cumplir. Lo que digo es lo que sé que voy a poder hacer. Quiero que mi discurso sea real.

¿Cree que un entrenador puede ser amigo de sus jugadores?

El entrenador es una parte más del equipo que quiere ayudar con determinadas decisiones. La relación debe ser cordial y de amistad, si la amistad es ayudar en algo. Mi despacho está abierto para temas deportivos y extradeportivos, y lo que pasa ahí dentro no sale fuera.

¿Qué le parece lo que está sucediendo en el Valencia?

Meterse en casa ajena es complicado, pero desde fuera ves que esa tranquilidad del club y de los jugadores es muy importante. Nosotros vamos bien por la tranquilidad en el club, en los aficionados... En todos los ámbitos. Nuestro objetivo es que haya es tranquilidad para que los jugadores lo den todo. Meterme en lo que pasa en otro club... No debo. He de ser prudente.

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