A la alemana. Más que ganar, el Levante UD derriba a los rivales. Los tumba a base de constancia, concentración y calidad. De efectividad. Sin clemencia ante los errores del contrario. El equipo azulgrana, ayer de azul celeste, volvió a completar en el gélido Alcoraz un ejercicio perfecto de fiabilidad para sumar la quinta victoria consecutiva sin encajar gol , algo que en Segunda sólo había logrado el Atlético de Madrid en la 200-2001. Una gesta en la actual Liga 1|2|3, marcada por una feroz igualdad. Una rúbrica memorable a una primera vuelta en la que el Levante UD ha alcanzado los 46 puntos y ha sembrado una sensación inmejorable. Una cifra y una imagen que lo afianza como candidato número uno al ascenso a Primera División.

Ayer, ante un voluntarioso SD Huesca, los de Orriols ganaron con justicia gracias a los tantos de Jason y Roger. Pudieron ser más. Además, Raúl volvió a dejar la portería cero. No obstante, la superioridad del Levante UD no puede confundirse con la comodidad. Los valencianos se trabajan cada punto con el sudor de su frente. Y es que desde Raúl hasta Roger, el equipo de Muñiz juega con un cuchillo entre los dientes.

El SD Huesca puede dar fe de ello. El conjunto de Anquela saltó al césped dispuesto a asumir la iniciativa del partido. En los primeros quince minutos se volcó en busca del gol. El muro granota, en cambio, funcionó sin problemas. Con la zaga de las últimas jornadas, Abraham de interior izquierdo „Morales se quedó en el banco„, Insa y Lerma en el doble pivote, y Campaña, Jason y Roger más arriba, los azulgrana defendieron sólidos y solidarios. Concentrados. Por eso no pasaron excesivos apuros. A los viente minutos, cuando el SD Huesca perdía fuelle, Roger se inventó una jugada en la banda izquierda. Ganó la pugna con su par limpiamente y tras una conducción probó un centrochut que Herrera no blocó. Jason, puntual a la cita con el gol, embocó en el rechace desde el área pequeña. El gol propició un cambio de rumbo del encuentro casi definitivo.

Los locales, espoleados por su afición, dieron un paso al frente y el Levante UD encontró más espacios. Jason, de nuevo atento en el segundo palo, y Roger, con un tiro cruzado, rozaron el segundo tanto antes del descanso. Faltó puntería. A los aragoneses sólo les quedó calentar la temperatura del choque con una agresividad que, en ocasiones, fue violencia. El árbitro no lo supo detener y el duelo se calentó. Jason recibió una patada y perdió los nervios soltando el puño a Brezancic. El colegiado se limitó a mostrar una amarilla para los dos.

Presión intensa y gol

Tras el paso por los vestuarios, el Levante UD asumió el papel de contragolpeador. Un pase largo de Postigo, un especialista en este tipo de lances, dejó a Roger solo ante Herrera. El disparo, colocado, se estrelló en la madera. Fue un aviso, porque poco después, frente a un SD Huesca al que sólo le funcionaba el camino de la fuerza y la heroica, Roger no desaprovechó su oportunidad. El cuero estaba en poder de la retaguardia oscense y el delantero valenciano la perseguía con fe, con esa presión intensa que se contagia al resto del equipo. Íñigo López, el central del cuadro local, se confió y controló mal. Roger, letal, convirtió el error en el 0-2 a falta de más de 20 minutos.

Muñiz ordenó sacar a relucir el oficio, calmar el choque, hacer que el tiempo se esfumara sin sobresaltos. Todos cumplieron. Martins, Espinosa y Saveljich reforzaron los últimos minutos, en los que ni siquiera hubo sufrimiento. Sólo satisfacción para un líder intratable que ya marca once puntos de distancia con el tercero, el Getafe.