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La actitud del Pizjuán, hoy y siempre

La actitud del Pizjuán, hoy y siempre

IInmerso en su momento más crítico, el Llevant ofreció en el Pizjuán su mejor versión del curso, independientemente del resultado que, en justicia y a los puntos, debió inclinarse del lado blaugrana. Los granota sorprendieron a propios y extraños con un entramado táctico firme y atrevido, sin ceder la iniciativa a su rival de Champions.

Hubo claves que lo explican: los laterales estuvieron impecables; Lerma marcó diferencias y, con la irrupción de Lukic, controlaron la medular durante amplias fases del partido, ayudando en las coberturas y en la circulación del balón; tal vez por eso se vio a Campaña más inspirado en la faceta creativa. Jason, Morales y Ünal cumplieron con creces, en su línea, aunque a los tres les faltó la pizca de acierto que hubiese alimentado la campanada de traerse los tres puntos a València. Y hubo un gran protagonista que fue capaz de mantener la puerta a cero en tres jugadas decisivas: Oier, el héroe paciente y el gran profesional que pasó meses sin rechistar a la sombra de Raúl.

También se dieron otros factores decisivos, de carácter colectivo: la intensidad, el orden y el ritmo, tres conceptos a los que ayer apeló Muñiz, devienen fundamentales, tanto como dar continuidad al fútbol desplegado en Sevilla. Con aquel talante y ambición en cada partido el Llevant conseguirá sus objetivos sin ninguna duda. Con el mostrado frente a Málaga, Athletic, Eibar (en la segunda parte) o Girona, por poner cuatro casos recientes, será imposible.

El partido del Pizjuán demostró que el equipo es capaz de ofrecer otro fútbol y que los fichajes tienen mucho que aportar. Hoy en Orriols llega la oportunidad de comprobar que lo del viernes no fue un espejismo. Ante el Leganés se espera la misma actitud, valiente y ofensiva, sólida atrás.

Desde el vestuario se viene apelando a la necesidad de que la hinchada se vuelque con el equipo. Lo cierto es que las desavenencias de las últimas semanas tienen más que ver con la falta de actitud en algunos partidos que con los resultados. Tanto es así que este mismo año la grada ha ovacionado a sus futbolistas tras algunas de las derrotas. El Llevant va camino de cumplir 109 años y su afición atesora cierta sabiduría: premia el sacrificio y no tolera la indolencia. Hoy espera sobre el césped lo que sabe que puede dar el equipo. Ni más ni menos.

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