Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Coke Andújar: "Estoy empezando en el teatro, me gusta el mundo 'underground'"

Su celebración tras el gol de Pazzini revela la implicación de un futbolista que lleva un mes y medio en València pero que ha caído de pie en el vestuario azulgrana. Además del fútbol, a Coke Andújar (Madrid, 30 años) le atrae el teatro, donde ya se ha estrenado como productor de una obra en Sevilla.

Coke Andújar, tras un entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Buñol. j.m.lópez/Sd

Lleva en València apenas un mes y medio, pero parece ya uno de los veteranos del vestuario. ¿Cómo se hace eso?

Puede que influya que llevaba un año y medio sin mantener una conversación de más de 15 minutos, porque en inglés no acabas de estar relajado y tienes que pensar. (Ríe). La verdad es que sí. Sigo conociendo cosas, movimientos de los compañeros y todo requiere un tiempo. A nivel de vestuario me siento muy cómodo. He venido con muchas ganas y la gente también ha puesto ganas para que me sienta cómodo.

Y eso que ha venido para competir en el lateral derecho con Pedro López, el capitán...

Habrá partidos para los dos, porque pasan muchas cosas. Hemos jugado en contra un millón de veces y tenemos muy buena sintonía. Llevamos mucho tiempo jugando al fútbol. Sabemos que tenemos que competir por un puesto, pero nada puede restar. Hay que ponerle las cosas difíciles al entrenador.

¿Está subestimada la posición de lateral derecho?

Si lo que quieres es que coja el balón y lo despeje largo... Eso lo puede hacer cualquiera. Pero los laterales son cada día más importantes para los equipos. No hay equipo que ataque bien sin sus laterales. Si tienes dominio sobre el rival en un partido es que los laterales hacen buen partido.

¿Tiene algún referente?

En mi posición el mejor que he visto ha sido Dani Alves. Me ha gustado mucho Lahm, pero Alves era más que un lateral derecho. En el Barça ha sido espectacular, pero es que en el Sevilla fue el motor de juego de un equipo campeón.

¿Se considera futbolero?

Me gusta. Tengo tiempo para todo. Si veo un partido en la tele que me interesa... Hay veces que prefiero ver una película o hacer otra cosa en casa, pero el Sevilla y el Rayo son como la misa de las doce.

Dicen que también le gusta mucho el teatro...

Llevaba una temporada larga sin ir porque en Alemania era complicado, pero siempre me ha gustado. En Sevilla conocía a mucha gente que se dedicaba al teatro que hacía cosas pequeñitas y me interesé. Aquí, la semana pasada fui a ver una obra.

Ahora es productor de teatro...

Fue a raíz de esa gente que conocí en Sevilla. Me hice muy amigo de Sergio Rodríguez, el director de la obra que produje ( La asamblea de las mujeres). Toda una serie de hechos hicieron que yo fuera el productor. Pero no tengo ni idea de lo que hace un productor. Fue una incursión atípica. De hecho, yo estaba en Alemania y ellos en Andalucía. Estoy contento con esta primera aventurilla y ya veremos si hay más. Estoy empezando en el mundillo. Vas conociendo a gente a escala de ciudad, gente que hace muchas cosas chulas en salas para diez personas. Me gusta ese mundo underground.

¿Por qué da la sensación de que los futbolistas viven en un mundo a parte del resto de la sociedad?

En Sevilla vivía en el centro y aquí vivo en el centro. Porque me gusta disfrutar del sitio donde estoy, tanto del club como de la ciudad. Hay gente que prefiere estar en las afueras más tranquilo. Va con la personalidad de cada uno.

¿Le gusta València?

La estoy conociendo poco a poco. Estoy callejeando, bajando a conocer tiendas, restaurantes. Se parece a Sevilla, con un centro bonito para disfrutarlo y un clima que te permite salir a la calle.

¿En qué momento cree que se hizo futbolista?

Empecé con nueve años en la cantera del Rayo Vallecano. Estar en un club profesional hace que sea todo un poco más serio que en el barrio. Soy futbolista como pude no haberlo sido. Depende de tantas cosas... En los momentos determinantes, con 15 o 16 años sí fui responsable y me lo tomé muy en serio. Era mi obligación entrenar y disfrutar entrenando. Nunca perdí el norte pensando que sería futbolista y al final ha tenido esa suerte.

¿Qué implica criarse en un club como el Rayo Vallecano?

Ayer lo hablaba con el míster. Cuando tenía 10 años iba a ver al primer equipo y recuerdo verle jugar. Siempre he visto al Rayo como una familia. Lo asemejo al Levante UD. Un club humilde, en la élite del fútbol pero que es una familia. Ser del Rayo en Madrid es ser diferente. Cuando juegas allí lo entiendes. En el Rayo entrenábamos en tres campos distintos cada semana porque no teníamos ciudad deportiva. Otros clubes tenían más facilidades.

¿Le marcó algún compañero?

Cuando subí al primer equipo los capitanes eran Segura, Geni... Poco más tarde llegó Míchel, el actual entrenador. Él ha sido mi gran referente siempre, porque encarna el espíritu del canterano que llega al primer equipo, que juega la UEFA... A su vuelta seguí aprendiendo de él, siendo los dos ya capitanes. Es un amigo para siempre.

¿Fue difícil dar el paso para marcharse al Sevilla?

Me queda la espinita de no jugar con el Rayo en Primera, pero no podía dejar pasar la oportunidad de jugar en un club como el Sevilla. Los primeros años no fueron fáciles. No nos clasificamos ni para Europa después de jugar finales, la Copa, la Supercopa... He vivido esa presión y no es sólo en el campo, es en la ciudad. La pasión de los sevillanos es para lo bueno y para lo malo. Todo eso te hace ser más profesional, dar más de ti. Es un campo que te exige mucho. Ahora bien, no sé si jugaré en un estadio que apriete tanto como el Sánchez Pizjuán en noches en las que el equipo se juega cosas importantes.

¿Aquella final de la Liga Europa contra el Liverpool fue su mejor partido?

Es el partido que sueñas de niño. Jugar una final europea, marcar dos goles, contra el Liverpool... Pero en la final en Turín contra el Benfica, quizá por ser la primera, tenía esa sensación de jugar algo importante por primera vez y eso no lo he vuelto a sentir en mi vida. He vuelto a jugar finales, pero es lo que se siente la primera vez. No sentía ni el cuerpo. Fue muy especial.

¿Por qué Iborra caló tanto en el vestuario deSevilla?

Más allá de su aportación futbolística, fue capitán. Iborra es muy buen compañero y muy buena persona. Lo pone todo al servicio del vestuario. Es muy honesto. Se puede confiar en él en las buenas y las malas. Dice lo que piensa con coherencia y se hace de querer. A esa gente la quiero en mi vestuario.

¿Qué le pasó en Alemania?

Llego y me lesiono en el primer partido. No tenía casa, estaba en un hotel... Se hizo duro y me vine a Barcelona para la recuperación. A partir de ahí, personalmente la experiencia fue bonita y después de la lesión terminé jugando los diez partidos finales. Este año, con el cambio de entrenador, no tenía minutos y tenía que buscar un sitio para poder tenerlos. Estoy contento.

Compartir el artículo

stats