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Antiguo estadio

50 años de la despedida de Vallejo

El Levante UD jugó su último partido en el antiguo campo del Gimnástico el 28 de abril de 1968

Una acción del Levante UD-Deportivo en Vallejo, en 1963, que supuso el primer ascenso a Primera. levante-emv

Fue una despedida de contrastes emotivos. Amarga por un lado, dulce por otro. El 28 de abril de 1968, el Levante UD se despidió del Estadio de Vallejo para mudarse a un campo nuevo, el actual, mucho más grande, con espacio para acoger a todo el levantinismo potencial en aquellos años de resaca del estreno del club en Primera División. Una grave crisis económica, reflejada en los resultados deportivos, frenó de la manera más inoportuna lo que prometía ser, entonces, un salto social sin precedentes en la historia de la entidad.

Vallejo se llenó aquel día hasta las banderas pese a que el Levante UD se despedía de la Segunda División. La unificación de los grupos norte y sur en una sola categoría provocó un descenso masivo de equipos, que afectó al club azulgrana. En Tercera, al año siguiente, jugó de prestado en Mestalla, antes de inaugurar en 1969 el Antonio Román, luego Nou Estadi.

Muchos años antes, en 1925, Vallejo se estrenó como casa del Gimnástico, 14 años antes (1939) de que el club gimnastiquista y el Levante FC se fusionaran. Un matrimonio en el que, según el mito, -falso según algunos historiadores del club-, el Gimnástico aportó el campo y el Levante FC, la plantilla. Desde el Stadium del Turia -en el viejo cauce, entre los puentes del Real y de la Trinidad-, el Gimnástico se mudó a Vallejo, construido junto a la Estació de Fusta, entre la calle Poeta Bodria y el convento de las Carmelitas. No era mal lugar: los levantinos, oriundos del Cabanyal, se desplazaban en tranvía hasta la puerta del estadio; los gimnastiquistas, repartidos por los barrios céntricos de València, cruzaban el Puente de Serranos o el de Fusta desde el otro lado del río. Inaugurado prácticamente sin gradas, Vallejo fue creciendo hasta poder acoger a cerca de 20.000 espectadores. Ya terminado, el recinto superó la riada del 57, especialmente afectado por motivos obvios.

En Vallejo, el Levante UD vivió su primera época dorada. Tras un intento frustrado de ascenso a Primera en 1959, el equipo lo consiguió en 1963. Un logro que deshizo la maldición escrita sobre sus paredes por algún aficionado xoto: « Quan este gat puge a la palmera, el Llevant estarà en Primera»Quan este gat puge a la palmera, el Llevant estarà en Primera. El equipo jugó dos años entre los grandes, antes de entrar en una fase de decadencia, casi agónica, que coincidió con los primeros años en el nuevo estadio, donde el Levante UD evitó un descenso a Preferente que hubiese resultado catastrófico.

Mesa redonda, hoy, en el Ciutat

El club celebra hoy (19.30 h.) en el palco del Ciutat una mesa redonda sobre esta efeméride. Participarán en este acto José Luis García Nieves, periodista de Levante-EMV y coautor de la Historia del Llevant, Salvador Mut, exjugador del Levante, y el también historiador Emilio Nadal.

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