La muerte iguala, pero unos entierros tienen más pompa que otros. Los religiosos se llevan la palma en aparato, en ritual. Ahora Benissa redactará una ordenanza para regular todas las ceremonias civiles, incluidos los entierros. Así se aprobó en el último pleno. La moción la presentó Compromís. Se aprobó por unanimidad. Obliga a crear espacios públicos «para dar la opción a los vecinos de Benissa de celebrar funerales laicos».

En los cementerios de la Marina Alta se han ido retirando símbolos religiosos. Cada vez se celebran más entierros laicos. Pedreguer inauguró en 2010, al ampliar su camposanto, un espacio de meditación que, diseñado por QBarquitectos, elimina todos los símbolos religiosos y favorece la intimidad y la reflexión. Este pequeño edificio, que es un cubo, está rodeado de una lámina de agua. Los arquitectos querían que remitiera a la barca de Caronte, que guiaba las almas de los difuntos de un lado a otro del río Aqueronte.

Pedreguer fue pionero en habilitar un espacio netamente secular en su cementerio. En la comarca los entierros civiles van a más. «Se debe dar la posibilidad de ejercer el derecho de las personas que no pertenecen a ninguna religión a celebrar una ceremonia civil de despedida», precisa la moción a la que el pleno de Benissa dio luz verde por unanimidad.

La ordenanza que debe ahora elaborar el consistorio regulará, además de las bodas, los «bautizos»civiles (son ceremonias de acogida de niños y niñas), actos en los que se lee la Declaración de Derechos de la Infancia y en los que los padres se comprometen a educar a sus hijos en los valores democráticos.