El pleno de Benissa es el primero de la Marina Alta que reprueba al cardenal Antonio Cañizares por hacer un llamamiento a desobedecer las leyes de igualdad de género y atizar «imaginarios políticos y sociales que justifican la discriminación». La moción la presentó Compromís. Y, al votarla el pleno, hubo sorpresa. El alcalde, Juan Bautista Roselló, reconoció que no estaba de acuerdo con las declaraciones del arzobispo de Valencia. Pero las circunscribió a la «libertad de expresión». Dio libertad a sus ocho concejales para votar en conciencia.

La votación fue un punto caótica. La oposición (PSPV, Reiniciem Benissa, Compromís y Ciudadanos) lo vio claro. Apoyó la reprobación. Las concejalas del PP Francis Esquerdo y Gloria Ivars también levantaron la mano. Votaron a favor de reprobar a Cañizares. Mientras, el alcalde y los otros cinco ediles populares se abstuvieron.

La edil de Compromís Mari Carmen Ronda advirtió al alcalde de que el cardenal no se había limitado a expresar su opinión, sino que había instigado a desobedecer la ley. La moción, de hecho, incidía en que las palabras del cardenal, «que no reflejan el pensamiento de la mayoría de los católicos», llamaban a quebrantar «las normas que protegen contra la discriminación machista a las mujeres y que permiten el libre desarrollo de los derechos del colectivo LGTBI». El acuerdo aprobado por el pleno enfatiza que las declaraciones del arzobispo «pueden avivar situaciones de violencia de diversa índole contra las que los demócratas debemos reaccionar».

Reiniciem Benissa criticó ayer que el alcalde y cinco de sus ediles titubearan al condenar «unas declaraciones machistas y que atentan contra los derechos humanos». Esta formación recordó que todos los concejales del PP sí habían respaldado el plan de igualdad y una moción contra la LGTBIfobia.