Cuando la piqueta entre en acción en el Montgó, será un no parar. Mientras tanto, el tiempo hace camino. La urbanización fantasma del Greco, que corona la Lloma del Castanyar de Dénia y está dentro del parque natural, se hunde poco a poco, y los escombros ruedan ladera abajo. De los 616 adosados previstos llegaron a construirse (no se acabaron, eso sí) 111. Son una ruina. Algunos ya se han hundido.

Ese deterioro convierte en urgente el proyecto de demolición que debe borrar del mapa esta urbanización que se empezó a construir hace 43 años. Luego llegaría la declaración del Montgó como parque natural. En 1999, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana dio por extinguida la licencia que había otorgado el Ayuntamiento de Dénia. La urbanización era ilegal. El fallo allanaba el camino para la demolición. Pero cuesta un potosí.

Ahora, tras dar el TSJ vía libre al derribo del primer chalé en el Montgó (una antigua colonia agrícola que su propietario transformó, amplió y dotó incluso de piscina), Acció Ecologista-Agró, que denunció las citadas obras y litigó con el dueño, barrunta que el parque natural empieza a liberarse de los fantasmas de la presión urbanística.

El Greco sigue ahí. Se cae a trozos. Ya se podrían sacar varios camiones de escombros. Hay sacos de material apilados que, tras permanecer abandonadas durante años, se han solidificado. La piqueta tiene mucho trabajo por delante en el Montgó.