El 5 de mayo de 1939 quedó grabado para muchas familias de Sagunt, Puçol y el Puig después de que 28 de sus vecinos fueran fusilados en Sagunt y sus cadáveres acabaran lanzados a una fosa común del cementerio. Aquel horror se produjo apenas 40 días después de que se hubiera proclamado el fin de la guerra civil y algunas familias llevan años recordando en la intimidad ese aniversario en un lugar del camposanto saguntino desconocido para muchos: Los dos nichos comprados por sus familiares y adonde fueron trasladados todos los restos en 1977.
Ante ese lugar, precisamente, se hizo el domingo un sentido homenaje que reunió a allegados, colectivos y partidos de Puçol y Sagunt. El acto había sido convocado por la Plataforma 14 d'abril de Puçol por cuarto año consecutivo y reunió a más de medio centenar de personas, como aseguraba a Levante-EMV su presidente, Lucas Esteve. «Antes iban sólo las familias, pero vimos oportuno un homenaje anual y apartidista, para mostrar los respetos que se merecen esas personas que defendieron la República», decía.
El acto se abrió con una marcha a pie desde la estación de Puçol hasta el cementerio saguntino e incluyó luego una lectura de poemas en la que también se recordó a Guillem Agulló. En ella participaron representantes de la mayoría de organizaciones participantes, desde PSPV, Compromís, EU, Esquerra Republicana, Joves sense Futur, CNT, así como asociaciones cívicas como el Foro de Opinión Servando Martín de Sagunt. Entre ellos estaban los concejales saguntinos Albert Llueca (Compromís) y Paco Aguilar (EU), así como Vicent Noguera, candidato a la alcaldía de Sagunt por ERPV, así como Josep Marià Torres, del PSPV.
Todos ellos quisieron recordar a esos 28 fusilados cuyos restos reposan desde 1977 tras una lápida que reza «Aquí yacen los del 5 de mayo de 1939. Vuestras familias no os olvidan»; toda una reivindicación de memoria histórica «cuando ni siquiera se había aprobado la Constitución», como apuntaba ayer a este diario Celia Paniagua, una de las coautoras del libro «Voces contra el olvido», donde una de las familiares de esos fusilados recordaba ese terrible suceso.
