Pablo Abelleira fue ratificado ayer como candidato de la agrupación ADN Morvedre, por más que él cediera sin éxito el número 1 de la candidatura a una mujer por una cuestión que él definió como «justicia social». Como explicaba a Levante-EMV: «Entre todas las candidaturas a la alcaldía de Sagunt no hay ningún número 1 que sea mujer. Creo que eso no es justo y, como estaba en mi mano cambiarlo, lo he hecho, pero al final han preferido que me quedara yo y así lo haré».
Su oferta pasaba porque la número 2 elegida en las primarias, María Giménez, se convirtiera en la alcaldable. Sin embargo, ésta lo descartó y se impusieron las voces que defendían a un Abelleira que logró 100 votos en sus primarias y llevará de número 3 a Sergio Moreno, seguido de Ana Martínez y José Manuel Lacoba, como se fijó tras las votaciones del fin de semana.
La tarde, no obstante, deparó otra sorpresa. Marta Fuster decidió no ocupar el número 6 de la lista de ADN, como estaba previsto por orden de votos y de lista paritaria, en cuanto decidió renunciar a ese puesto Ana Mª Quesada (la exsecretaria local del PSOE de Sagunt que reemplazó por unas horas a Nuria Férriz y, en las últimas semanas se acercó a Podemos, presentándose como candidata a alcaldable de ADN y recogiendo medio centenar de votos que le dieron ese número 6).
Para buscar recambio a Fuster, en ADN se llegó a votar si se seguía buscando a una mujer con menos votos que un hombre o se hacía una excepción en ese caso. Sin embargo, por un escaso margen de diferencia, se impuso la tesis de la «cremallera» y la psicóloga Puri Fernández ocupará ese puesto pese a que, en la votaciones, obtuvo casi la mitad de votos que Antonio Ruíz, que será 9º en la lista, por detrás de Carmela Miñarro y Matías Eslida. «La votación ha estado muy reñida. Ha habido 14 votos a la cremallera, 13 al muelle y 2 abstenciones», decía Abelleira.
Todos los candidatos firmaron ayer un compromiso ético que, fiel a Podemos, fija un salario máximo a los políticos e implica acpetar la revocación del cargo, es decir, que un 20% del partido pueda revocar a un candidato electo si se considera que no ha cumplido los objetivos para los que fue elegido. «Era necesario», decía Abelleira además de considerar «mínimo» el número de socialistas que se han incorporado a su formación tras la convulsa disolución de esa agrupación. «Son 4 ó 5 y como todos, son bienvenidos. Me sorprendió que Ana Mª entrara tan fuerte optando a ser alcaldable, sin empezar participando primero, pero lo cierto es que se llevó 50 votos de los 250 emitidos tanto on-line como en la sede y, al final, ha preferido quedarse en un segundo plano, considerando que hay confianza en mi equipo», añadía.
