Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La reiterada prohibición de aparcar en el cauce no convence

El cartel colocado en el acceso y el arrastre de 20 coches con las lluvias no disuade a los vecinos

La instalación de un cartel de «prohibido aparcar en el río» por parte del Ayuntamiento de Sagunt no convence. Esta advertencia a modo de señalítica y el arrastre de 20 coches por las lluvias torrenciales de hace unos meses, no logran disuadir a los conductores, que pese a la indicación y lo sucedido, siguen estacionando su vehículo en el cauce del Palancia como se tiene por costumbre en esta ciudad.

El alcalde de Sagunt, Quico Fernández, ha aclarado que «en el río no se puede aparcar. Si se ha hecho es porque ha habido una tolerancia por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), pero dejar ahí el coche genera muchos problemas y quien aparque debe saber que lo hace bajo su responsabilidad».

La medida se toma después de que algunos vecinos hayan reclamado al ayuntamiento los daños en sus vehículos después de la última avenida de agua. «Han habido siempre señales de no aparcar en el río, pero la gente no ha hecho caso» insistía Fernández, quien dejaba claro que el cauce «no es jurisdicción del ayuntamiento, por lo que la Policía no ha de multar, pero pueden hacerlo otras fuerzas del estado».

Pese al cartel, decenas y decenas de vehículos permanecían ayer estacionados en el río. La mayoría de sus propietarios negaban haber visto la indicación y otros, preferían hacer la vista gorda, ante la inexistencia de lugares habilitados para aparcar sus coches, comentaban a Levante EMV. Incluso hubo quien se atrevió a cuestionar la medida, recordando que «el cauce del río es competencia de la CHJ y no del ayuntamiento», tal y como señalaba el alcalde, «por lo tanto no puede prohibir que dejemos los coches ahí», afirmaba un vecino.

En lo que coincidían los usuarios de la zona, es en la falta de plazas de aparcamiento en la ciudad de Sagunt y en lo difícil que se hacía realizar gestiones o utilizar los servicios que tiene el municipio por la imposibilidad de dejar los coches.

Los propios vecinos sugerían algunas alternativas. Había quien proponía quitar la zona azul. «Esto es un robo, yo creo que ya pagamos bastante del impuesto de circulación como para tener que abonar la zona azul». Este residente del municipio también solicitaba una revisión de los vados. «Hay demasiados, incluso algunos lo tienen cuando el bajo no es un garaje», comentaba Enrique Alandí. Otros apostaban porque los aparcamientos privados fueran gratuitos. Aunque la mayoría señalaba la otra parte del río como posible salida, muchos se quejaban de la distancia que existe con el centro de la ciudad y de lo poco operativo que es si, sobre todo si se va con compra o cargado. «Tampoco es tan fácil encontrar aparcamiento allí y mas teniendo en cuenta el caos de calles que hay», decía Israel Carratalá, un joven de 25 años, vendedor ambulante en el mercado de Sagunt. Precisamente este vecino hacía hincapié en la necesidad de asumir responsabilidades en el caso de que se aparque en el río. «Que cada uno asuma las consecuencia si lo hace, pero que dejen aparcar, que no hay otro sitio para hacerlo».

Aunque la medida no termina de agradar, hay muchos que son conscientes de que es necesario advertirlo por temas de seguridad, teniendo en mente lo sucedido hace unos meses cuando una tromba de agua se llevó varios coches por delante.

Compartir el artículo

stats