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Especie

Una ballena de 15 metros y más de 25 toneladas llega muerta a Sagunt

El animal quedó incrustado en la proa de un mercante La tripulación no lo vio hasta el atraque

Un ejemplar de la ballena más grande del Mediterráneo llegó ayer sin vida al puerto de Sagunt, incrustado en el bulbo de proa de un enorme mercante de 183 metros de eslora y 8,75 de calado.

El gigantesco «rorcual común» presentaba un avanzado estado de descomposición, lo que hizo imposible determinar si murió al ser arrollado por el barco o bien quedó atrapado en él cuando ya era un cadáver.

Investigadores del departamento de Zoología Marina de la Universitat de Valencia y de la red de varamientos de la Comunitat Valenciana precisaron a Levante-EMV que se trataba de una hembra adulta de 15 metros de longitud y «de entre 25 y 30 toneladas», dijeron de forma estimativa al poder pesarla ante el deterioro que presentaba.

Estas enormes dimensiones no impidieron que fuera sacada del agua mediante una grúa de gran tonelaje y el complejo trabajo de varios amarradores, si bien luego se pensó en trocearla para poder trasladarla en camiones hasta un vertedero autorizado.

Desde la llegada del barco al puerto durante la madrugada anterior, se pensaba que llevaba en su proa un cachalote. Sin embargo, los especialistas confirmaron luego que era de la misma especie que el cadáver hallado recientemente en la costa de Cullera.

El hecho de que el animal no tuviera dientes, sino barba, fue uno de los aspectos que les indicó que estaban ante un ejemplar de la «rorcual común». Aún así, sólo un estudio genético permitirá determinar si es un ejemplar de este mar o bien del oceáno atlántico, ya que el hecho de que el barco llegara procedente del puerto belga de Amberes, tras 4 días de navegación, no hacía descartar esta última hipótesis.

Para poder hace este análisis, los investigadores se llevaron muestras de piel y músculo una vez el «rorcual» fue sacado del agua, con ayuda de una grúa.

La presencia de este enorme animal pasó inadvertida a la tripulación del barco hasta que ese mercante de bandera de Liberia llegó al puerto saguntino. La falta de visión de esa zona de la embarcación contribuyó a ello, según pudo saber este diario, pues la consignataria del mercante, que gestionó la retirada del cetáceo, declinó hacer declaraciones.

Toda esta operación con el rorcual se prolongó hasta bien avanzada la tarde y demoró la estancia del buque en el puerto saguntino. De hecho, el mercante de bandera de Liberia llegó a cargar por la mañana unos 500 coches y cumplió perfectamente el horario previsto. Sin embargo, la identificación y retirada del cetáceo retrasó su salida del puerto, pese a contar con la colaboración de la Autoridad Portuaria de Valencia.

Efectivos de la Guardia Civil supervisaron todas las tareas y el concejal del Playas, José Vicente Muñoz, se desplazó por la mañana al lugar al conocer la noticia.

Ésta no es la primera vez que llega un cetáceo muerto de grandes dimensiones a Sagunt. En julio de 2011, el cadáver de otro de unos 10 metros de longitud y unas 10 toneladas de peso acabó encallado al sur de la playa del Grau Vell de Sagunt. También en julio de 2013, llegó allí mismo otro de dos metros de largo, en descomposición.

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