¿Cuáles son los principales rasgos que ha caracterizado el gobierno de estos días?
Ha ido de más a menos en sus formas y en su actitud para con los demás grupos. Se prometía un gobierno de participación, consenso y transparencia, y en 4 meses ya han demostrado la cara oculta del programa de Compromís y de su política, en definitiva, de sus principios y formas de actuar, totalmente basados en una política sectaria, hecha para los suyos, sobre todo en materia lingüística y de educación. También ha quedado de manifiesto que no está entre sus prioridades la transparencia, la comunicación con los grupos políticos de la oposición, que también somos representantes de la voluntad popular, ni la colaboración; lo único que se ha garantizado son las diferencias de criterios y las pocas ganas de confluir. El ejemplo más claro es con Lafarge, en el que la ocultación de información ha sido la tónica habitual en su gestión.
¿Qué ve más positivo?
El trabajo en la aceleración de algunas inversiones que son necesarias y estratégicas para nuestra ciudad. En este punto siempre encontrará en Ciudadanos apoyo.
¿Y lo más negativo?
La falta de organización e información a la que nos hemos visto sometidos el resto de grupos municipales y en concreto la pésima gestión del conflicto entre el gobierno y la empresa Lafarge.
¿Lo más urgente a mejorar?
Que cuanto antes encontremos puntos de confluencia.
¿A qué concejal del gobierno local valoraría mejor y peor?
Tendría que hablar de luces a las que tengo en buena consideración y las sombras que considero no aptas para gestionar lo público. Al fin y al cabo, el equipo de gobierno es eso «un equipo», cuyas acciones y decisiones están supeditadas al control del alcalde.
