El Ayuntamiento de Sagunt con los únicos votos favorables del gobierno municipal rechazó ayer el desembarco de material y tropas militares en el puerto comercial, una moción que sirve poco más que como «derecho a la pataleta», según reconoció el ponente y portavoz de EU, Guillermo Sampedro, al admitir la falta de competencias municipales en esta materia.
La propuesta, que recibió luz verde gracias a la abstención de IP ya que el resto de grupos se posicionó en contra, también denuncia el «carácter ofensivo» de estas maniobras, exige la no utilización del puerto como entrada de buques de guerra y eleva una queja ante la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) y el Ministerio de Defensa, por dejar al margen al ayuntamiento y ni siquiera informarle sobre este movimiento.
Sampedro, que acusó a la OTAN de ser una organización genocida, quiso establecer dos bandos sobre este punto «los que están a favor o en contra de la paz». En la defensa de una moción firmada por el tripartito al completo, el portavoz de EU puso el acento sobre que «la OTAN no necesita utilizar un puerto no militar como el nuestro».
Mientras el alcalde Quico Fernández quiso recordar su carácter «antimilitarista», Teresa Garcia tomó la palabra por Compromís para censurar las acusaciones dirigidas contra la propuesta por poco seria. «Poco serio es —replicó— que el puerto no tenga conexión ferroviaria, que venga la mercancía que en Valencia no quieren, que haya un puerto romano abandonado, que el Sorrento siga en las instalaciones portuarias o que se haga ostentación de militarismo al lado de un polígono químico. Eso, además, es imprudente».
Desde el público también hubo una intervención contra estos movimientos. Fue un representante de la comisión ciudadana que se viene reuniendo desde hace un par de semanas y que mañana, según anunció, tiene previsto un nuevo encuentro para elaborar pancartas contra el desembarco de la OTAN en Sagunt. Sus motivos para este rechazo son su posición «contra a la guerra y la barbarie militar que ha provocado una Guerra Mundial localizada que destruye a los pueblos».
Frente a este bloque se situó la oposición, con la única excepción de IP, cuyo portavoz Manuel González, explicó su abstención al tratarse de un tema que no es de competencia plenaria». En cualquier caso, el segregacionista aprovechó su intervención para asegurar que «sobran» algunas de las afirmaciones de la moción.
Del resto de la oposición, el exalcalde Sergio Muniesa empezó por llamar la atención sobre la escasa incidencia que este desembarco tiene sobre la vida de los vecinos de Sagunt. Además de recordar que la capital comarcal ejerce únicamente de punto de entrada, el portavoz del PP si coincidió con el tripartito en censurar que la APV no informara al ayuntamiento de estas maniobras. Muniesa también pidió que las mociones plenarias se refirieran a competencias municipales.
Descarga, no maniobras
Desde las filas socialistas, mientras, Francisco Crispín quiso precisar que no se trata de maniobras militares, sino de descarga de material, que es «menos peligroso que otras mercancías que llegan más regularmente al puerto». El socialista también criticó que «al mismo tiempo se quiera que el puerto sea un motor económico, pero luego se rechace este tipo de operaciones». Aunque coincidió «como cualquiera» en el alegato contra la guerra de la propuesta, Crispín aseguró que «una cosa es protestar y otra esta propuesta, que contiene aspectos ilegales de tal forma que más que una moción es una emoción irreflexiva».
Raúl Castillo (Ciudadanos x Sagunto) también se posicionó contra la propuesta del tripartito, ya que «formamos parte de la OTAN, a la que aceptamos como sistema de defensa, del que no podemos desatendernos sin incumplir la ley y desobeceder tratados internacionales».
Castillo concluyó que «si queremos salirnos de la OTAN, lo que hay que hacer es seguir los pasos pertinentes».
