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Un museo recopila los tesoros eclesiásticos de Quart de les Valls

Una espectacular maqueta recrea el antiguo convento que llegó a ser sede de la universidad

diversos atractivos El creador de la maqueta, con Almudena Escrich y el párroco. y Otros rincones del museo. Detalle de la maqueta f d. tortajada

La vestidura que llevaba el párroco durante la consagración del altar de la iglesia conventual o inscripciones en las paredes del templo que realizaron algunos frailes. Estos son algunos de los elementos que pueden contemplarse en el museo parroquial de Quart de Les Valls, que abrió sus puertas antes del verano y cuyo fondo museístico ha ido engrosado en las últimas semanas con nuevas aportaciones.

Así, esta población de Les Valls del Camp de Morvedre se convierte en la primera de la comarca que exhibe su historia y patrimonio religioso, al estilo de los tesoros catedralicios que custodian los templos y que anotan estrellas en las guías turísticas. Han sido los propios vecinos quienes, bajo la coordinación del párroco, Paco Llorens, han reunido vivencias y recuerdos, en fotografías o documentos, que han pasado a formar parte de este espacio por el que ya han pasado unas 500 personas.

Además de las piezas de indumentaria litúrgica y documentos que muestran la acción social realizada por la parroquia durante siglos, la parte más llamativa del museo es la dedicada al desaparecido convento del Santo Sepulcro y al Pie de la Cruz, que ocupaba gran parte de lo que hoy es la trama urbana, entre la iglesia y el lavadero, al norte de la calle Juan Carlos I. Un patrimonio desconocido incluso para muchos vecinos de la zona, que ha sido investigado por la feligresa Almudena Escrich, en el tiempo libre que le queda al acabar de trabajar en el bar que regenta en el pueblo.

Junto a las murallas traseras, la iglesia de Sant Miquel Arcàngel es el único elemento que queda del que fue uno de los complejos religiosos más importantes de la Comunitat Valenciana, que fue incluso universidad hasta el siglo XVII. Para recuperar esta memoria histórica de Quart, se ha recreado cómo vivían los Siervos de María, orden del convento, con una celda que muestra la austeridad y la humildad. Con las obras también ha salido a la luz una pared original del convento que estaba oculta bajo el enlucido o las cerámicas integradas en la escalera que da acceso al espacio museístico, que cuenta con su barandilla original de madera tallada. También se ha restaurado el coro, que hasta hace unas décadas formaba parte del altar.

Un vecino de la localidad de más de setenta años, Juan Lacruz, ha construido una maqueta en la que ha reproducido, a través de sus propios recuerdos y fotografías, cómo era el convento en los años 40, cuando parte de él era ocupado por el ayuntamiento. Este artista local ha realizado también durante las últimas semanas una reproducción de la imagen de la Verge del Pòpul y de la fuente de la Plaça Major, que también pueden verse en el museo.

Los últimos moradores del convento perduraron hasta los años 50, conviviendo con las ruinas. «El padre Anselmo, recordado por la gente mayor, fue de los últimos. Supo aglutinar a la gente y mover a los jóvenes y creó un ambiente pastoral al que debemos el mantenimiento de las tradiciones de Quart y que hoy vivimos: Sant Pelegrí, la Verge del Pòpul o el Santíssim Crist de l'Agonia», explica Paco Llorens.

El notable estado de deterioro producido por los saqueos durante la desamortización de Mendizábal, la persecución religiosa de 1936, así como la moda de reformarlo todo en los 60 acabaron con el convento, que fue totalmente derruido a excepción de la iglesia. Ahora se le rinde homenaje con este museo, que según el párroco pretende convertirse en un motor económico de Les Valls al atraer el turismo. De hecho, se está a la espera de formalizar una colaboración con la asociación Vall de Segó Turisme Rural y la Diputació de València.

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