Seis vecinos de un bloque de edificios del barrio de Baladre llevan siete días sin agua corriente en sus casas. La rotura de la tubería principal el jueves de la semana pasada obligó a los servicios de mantenimiento del Ayuntamiento de Sagunt a cortar el suministro para evitar las fugas y que afectaron a las dependencias municipales colindantes.
Sin embargo, la reparación no es competencia municipal, ya que los pisos pertenecen a la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE), lo que antes se conocía como Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA), que según los vecinos «ha hecho caso omiso a nuestras reclamaciones».
Desde el mismo día en que sucedió el siniestro, los vecinos han enviado más de tres faxes comunicando a la entidad lo sucedido, además de llamar varias veces por teléfono sin que, por el momento, su urgencia haya sido atendida. El enojo de los residentes de estas viviendas sociales, según adelantan a Levante-EMV, están dispuestos a escenificarlo en el próximo pleno ordinario de Sagunt.
Y es que el día a día sin agua corriente en sus grifos de casa les hace pasar muchas dificultades, al obligarles a «tener que tirar de garrafas para todo», decían algunos. «Yo he tenido que recurrir a una lavandería para tener la ropa limpia y menos mal que ducharme puedo hacerlo en el trabajo. Esto es una poca vergüenza».
La concejala de Servicios Sociales de Sagunt, Mónica Caparrós, conoció la situación a través de este rotativo y de inmediato llamó ayer a la EIGE, donde se le confirmó que conocían la incidencia y que la tenían como urgente, asegurándole que entre ayer y hoy solucionarían la avería. Al cierre de esta edición, los vecinos seguían sin suministro y sin noticias de la entidad. Caparrós se mostró preocupada por la situación de estos vecinos y dejó una puerta abierta a que fuera el ayuntamiento el que solucionara el problema si la EIGE no lo hacía hoy.
Desprendimientos en el balcón
Esta no es la primera vez que los vecinos reclaman sin éxito la actuación de la Entidad de Infraestructuras, ya que, hace dos meses, uno de los balcones de este mismo bloque de viviendas sufrió varios desprendimientos. Los bomberos colocaron vallas de protección para cerrar el paso por la zona y evitar riesgos.
Pese a las notificaciones remitidas, el balcón todavía está sin arreglar, por lo que los vecinos temen que el corte del agua se prolongue, algo que «no vamos a consentir».
