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Luis Mª de Aznar: cien años hijo adoptivo y un siglo en el olvido

El empresario vasco que, junto a Ramón de la Sota, impulsó la ciudad-factoría del Port de Sagunt ha quedado eclipsado en la localidad y es menos conocido

Luis María de Aznar y Tutor (Bilbao 1862 - Madrid 1929) celebra en estas fechas su nombramiento en Sagunto como hijo adoptivo, y lo hace una centuria después sin el recuerdo colectivo o la iniciativa de una ciudad que no siempre sabe recordar toda su historia. Relegado al olvido, merece hoy un recuerdo por ser padre, junto a Ramón de la Sota y Llano, del factory town porteño.

Descendientes de una familia hidalga de Búbal (Huesca), los De Aznar hicieron carrera en el ejército hasta la llegada, en la segunda mitad del XIX, del verdadero fundador de la dinastía, Eduardo de Aznar y de la Sota, copropietario en Bilbao de la sociedad de negocios Sota y Aznar. Cultos, anglófilos y conservadores, los herederos De Aznar y Tutor mostraron pronto desavenencias acerca del reparto de bienes, y muy especialmente sobre la participación de cada uno en la colectiva, de 5.000.000 de pesetas de capital. Así pues, y con De la Sota como mediador, se optó en 1915 por una refundación, con un 60% para Ramón y un 40% para Luis María, por 25 años y sus hijos como sucesores. Fue su gran salto a la élite, supervisando así desde la distancia las seminales Minera de Sierra Menera y Siderúrgica del Mediterráneo.

Estudió bachillerato en el Instituto Vizcaíno, y cursó derecho en Madrid, pasando después un tiempo en Inglaterra. Vio crecer los negocios de la firma de una manera considerable, especialmente en las dos primeras décadas del XX. La expansión de la naviera Sota y Aznar, la pujanza de los remolcadores Ibaizabal, la consolidación del astillero Euskalduna, la puesta en marcha del proyecto minerosiderúrgico porteño, y la entrada en el ferrocarril, fueron esenciales. Él y su socio figuraron siempre como directores gerentes vitalicios, aunque la implicación de Luis María en la gestión fue más bien escasa, recayendo el liderazgo en su colega. Ambos lo aceptaron y no les impidió mantener la amistad.

Su actividad lobística en Madrid fue complementaria y vital. Vinculado al Partido Conservador, logró despejar muchos caminos. En 1892 salió elegido por la Diputación Foral de Vizcaya, y desde 1910 dio el salto a la política nacional, siendo varias veces diputado y senador, defendiendo siempre los intereses de diversos grupos de presión. Su influencia siguió con Primo de Rivera, promulgándose nuevamente medidas ventajosas para él.

Fue sin embargo la naviera la que le hizo hijo adoptivo. Partidarios del bando francobritánico en 1914 - 1918, Luis María y los De la Sota obtuvieron fortuna y laureles alquilando su flota al Almirantazgo a pesar de la neutralidad española, pudiendo hacer realidad con los beneficios el sueño de una acería.

La CSM quedó constituida el 23 de agosto de 1917, y el resto es la historia de una nueva ciudad.

Tampoco se ha querido dar publicidad a su rol en el comercio de productos del campo durante la Gran Guerra. Cualquier intento de De la Sota y su socio para la apertura del embarcadero de Puerto de Sagunto a mercancías no minerales resultó infructuoso hasta la coyuntura brindada por el conflicto. La conflagración entorpeció enormemente el transporte en la zona, y fue desastrosa para el envío de naranjas, vitales para la economía del Camp de Morvedre.

La situación pudo aliviarse gracias al embarcadero y los buques del grupo. Los capitalistas vascos consiguieron el 28 de febrero de 1916 el correspondiente permiso estatal para el embarque de cítricos y cebollas con fletes asequibles, ampliándolo más tarde mediante prórrogas. El ayuntamiento saguntino consideró entonces dar a los bilbaínos reconocimiento, acordando el 3 de marzo de 1916 declarar a ambos «hijos adoptivos» por sus «nobles y elevados propósitos».

Nuevas generaciones

Amante de la música, la poesía, la caza y los toros, de su matrimonio con Encarnación nacieron los De Aznar y Zavala, que no tardaron en chocar con los De la Sota tras el fallecimiento de su padre en 1929 por una esclerosis miocardio y renal. A pesar de las recomendaciones y de una herencia de 45.839.298 pesetas, sus vástagos se arrodillaron pronto ante el franquismo, esperando hacerse con el control de la colectiva, lográndolo gracias a la condena de sus parientes nacionalistas. Evidenciaron rápidamente un desinterés que venía de antiguo por la siderúrgica, y cerca estuvo de ser vendida a Göring y los nazis, pero la voluntad de la dictadura de un acuerdo con Altos Hornos de Vizcaya frenó finalmente la operación.

De Aznar es hoy, en conclusión, un ilustre desconocido para los vecinos de ambos núcleos del municipio, y ni la más sombría calle luce para recuerdo de un empresario que trajo la modernidad a la comarca del Camp de Morvedre.

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