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El ministerio bloquea el reinicio de las obras que permitirán llenar al fin la presa de Algar

El permiso para reanudar el refuerzo de la acequia mayor no llega, pese a que el canal quedó más desprotegido - La Confederación espera acabar las obras antes de la época de gota fría pero los regantes temen daños en caso de lluvia fuerte

La enorme crecida del río Palància que el pasado mes de noviembre atrapó a 3 camiones y 4 máquinas pesadas en la presa de Algar del Palància aún sigue pasando factura. Aquel imprevisto paralizó durante más de un mes los trabajos de refuerzo de la acequia mayor de Sagunt, a su paso por el embalse, y esto hizo que la obra llegara al final de año en una fase de construcción menos avanzada de la esperada, sobre todo, teniendo en cuenta que la burocracia de la administración obligaría, en el cambio de año, a detener temporalmente los trabajos hasta volver a tener disposición de crédito, al tratarse de una actuación incluida en el Plan de Obras de Emergencia de 2015.

La coincidencia de todo este asunto con el hecho de que el Gobierno central esté en funciones no ha hecho más que dificultar que el Ministerio dé finalmente luz verde a que los trabajos se reanuden y puedan finalizarse cuanto antes para así poder llenar al fin la presa y realizar la prueba de carga pendiente desde hace años, segun reconocieron a Levante-EMV fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

Esto ha hecho que algunos regantes de la comarca vean con preocupación el estado en que ha quedado la acequia en este tramo al interrumpirse los trabajos. «Ahora se ha quedado más desprotegida de lo que estaba. A simple vista se ven las grietas. Por tanto, si vinieran unas lluvias torrenciales, los daños serían mayores», decía un agricultor.

El principal temor del sector es que este problema burocrático pueda prolongarse en los próximos meses «y lleguemos a septiembre u octubre igual, cuando es la época de la gota fría», decían algunos labradores, si bien el presidente de la Sèquia Major, Ximo Pons, confiaba en que la autorización ministerial «llegue pronto y la obra se reanude».

A preguntas de este diario, la presidenta de la Confederación, María Ángeles Ureña, dio por seguro que «se llegará a tiempo porque ahora no es época de lluvias torrenciales y, además, en esa obra ya no queda mucho hacer».

Los trabajos consisten en la construcción de un terraplén adosado a la acequia en su lateral que no linda con la montaña. La intención de la CHJ es triple. Por un lado, se quieren evitar serios daños a la Acequia Mayor en caso de que una gran avenida provocara el llenado súbito de la presa, como ocurrió en año 2000. Como la idea es coronar ese terraplén con un camino de 3 metros de anchura, éste serviría para la vigilancia y mantenimiento del canal. De hecho, gracias a la intervenión, esas tareas se podrán empezar hacer con facilidad con maquinaria y no de forma manual, debido a los problemas de acceso que había hasta ahora.

La intervención también permitirá dar al fin utilidad a las compuertas instaladas en 2005, pero todavía sin uso debido a que su llenado inutilizaría la acequia que la atraviesa y que permite regar los campos de la cuenca baja del Palancia.

En concreto, esta obra permitirá realizar la puesta en carga de la presa; algo todavía pendiente desde que se acabaron las obras en el año 2000, cuando la riada llegó antes de cualquier prueba e hizo temer una posible rotura que dio lugar a desalojos preventivos pero, por suerte, nunca se dio.

Los regantes calculan que, con estas obras, la cantidad que se podría embalsar sería cercana a un hectómetro cúbico o hectómetro y medio, cuando su capacidad es de seis, y siempre con la seguridad de que, al cabo de un tiempo, esa agua se filtraría y recargaría el acuífero.

La inundación de camiones paró la obra más de un mes y acabó en pleito

La crecida del Palancia registrada el pasado mes de noviembre atrapó a 3 camiones y 4 máquinas pesadas que trabajaban en las obras de refuerzo de la acequia mayor, pues todos estaban de fiesta ese día y no fueron avisados a tiempo. Eso paralizó las obras más de un mes y provocó que los dueños de los tres camiones inundados acabaran pleiteando contra la Confederación Hidrográfica del Júcar y contra la empresa adjudicataria. Sin que ningún seguro les cubriera los daños, cada afectado tuvo que sufragar reparaciones que iban desde los 15.000 a 20.000 €. El propietario de las 4 máquinas pesadas que también quedaron bajo las aguas se tuvo que gastar de su dinero en repararlas 114.000 €, mientras dejaba de ganar unos 80.000 € durante todo el tiempo en el que no las pudo gastar, como ha podido saber este diario.

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