El gobierno del Ayuntamiento de Canet d'En Berenguer ha dado por imposible aprobar el nuevo contrato de basuras este verano debido a las reticencias de la oposición. El alcalde de Canet, Leandro Benito (PP), señala que «yo quería aprobarlo hace tiempo, pero no ha podido ser.; se nos ha echado encima y un año más vamos a tener que sufrir el actual servicio de recogida de basuras».
Las numerosas dudas que planean sobre el contrato que fue adjudicado en primera instancia hace más de un año siguen manteniendo la concesión definitiva en el aire, después de que el pleno municipal decidiera dejar el tema sobre la mesa para un estudio más profundo gracias a la mayoría que ostenta la oposición.
«Como tienen reticencias, hemos decidido dejar el tema para más adelante y pasar el verano como podamos. Tendremos que reforzar el actual servicio con medios propios para dar un mejor servicio a los vecinos, ya que el contrato actual, no me pregunten por qué, no exige el refuerzo en verano. Intentaremos que los vecinos sufran lo menos posible», indica el alcalde de Canet, quien también señala que «vamos a recabar todos los informes técnicos y jurídicos para que no haya ninguna duda en la adjudicación».
El miedo a futuros pleitos retrasa este nuevo contrato, y es que en estos momentos recaen sobre el consistorio canetero dos demandas por lo contencioso administrativo debido a la adjudicación del contrato de basuras. Dos empresas que no resultaron ganadoras en el concurso interpusieron sendas demandas por las que el juzgado ha mantenido cautelarmente paralizada la posibilidad de aprobar el nuevo contrato hasta hace un mes. La desconfianza hacia la adjudicación por parte de los partidos de la oposición impidió en el pasado pleno municipal su adjudicación y a día de hoy todavía no se han redactado los informes que se pidieron para esclarecer todas las dudas y volver a debatir sobre la aprobación de un contrato que amenaza con eternizarse.
Posibles perjuicios
Por tanto, el plenario canetero está pendiente de la redacción de un informe, donde se detallen los posibles perjuicios que podría tener el consistorio en el caso de adjudicar el contrato tal y como está, lo que sucedería en caso de que finalmente los tribunales anularan el concurso de adjudicación, y las indemnizaciones que debería afrontar el ayuntamiento en los diferentes casos que pudieran darse, además de la posibilidad de anular directamente la adjudicación y empezar de nuevo. Los antecedentes en Canet no invitan a pensar que este tema se resolverá con celeridad.
