El alcalde de Torres Torres, Rafael Gil, volvió ayer a su despacho municipal apenas 72 horas después de haber pagado una fianza de 30.000 euros que le permitió eludir la prisión provisional ordenada por el juzgado número 4 de Sagunt, tras ser detenido por su presunta vinculación con un grupo dedicado al cultivo y tráfico de marihuana, cocaína y armas.
Aunque el otro concejal socialista del ayuntamiento, Vicente Cabo, es quien ostenta la vara de mando de forma provisional desde que trascendió que Gil había sido arrestado el pasado miércoles, este último no dudó en acercarse ayer por la mañana al consistorio, donde estuvo unos minutos.
La tarde anterior, Gil había confirmado a los socialistas locales y provinciales que no iba a dimitir del cargo al defender su inocencia y entender que su reciente detención no tiene nada que ver con el ayuntamiento, ni con su gestión municipal, sino con el arresto previo de extrabajadores de su empresa de naranjas. Así lo aseguraron a este diario fuentes cercanas al primer edil, pues éste rechazó hacer declaraciones sobre los motivos de su detención y sobre su futuro político. Tan sólo apuntó que «no estaba claro» si dimitiría o no por más que esté siendo investigado por fraude a la Seguridad Social, encubrimiento, pertenencia a organización criminal, cohecho, fraude y exacción fiscal.
El PSPV-PSOE a nivel provincial, sin embargo, no tenía ayer dudas sobre la postura del partido en Torres Torres. «Lo que prima ahora es apartar a Rafael Gil de la alcaldía, a la vista del auto dictado por la juez, enviándolo a prisión de forma provisional. Hemos hablado con él para para pedirle que dimitiera, pero como no ha sido posible y no es militante nuestro, vamos a reclamar al ayuntamiento que lo expulse del grupo socialista. Además, ofreceremos el voto de nuestro concejal para una moción de censura», explicaba a Levante-EMV el secretario de organización a nivel provincial, Miguel Chover.
Esto abre la puerta a que los populares vuelvan a gobernar en Torres Torres como ya lo han hecho durante los últimos mandatos municipales, el más reciente, con el propio Rafael Gil como teniente de alcalde por el PP hasta que dimitió en abril de 2014 «por razones personales».
De hecho, el PP fue el partido más votado en las ultimas elecciones y logró tres concejales, mientras el PSPV y Compromís conseguían dos cada uno. Aún así, la alianza de última hora del PSPV local con Compromís emuló el pacto autonómico y propició otra vara de mando para partidos de izquierda. Sin embargo, los nacionalistas locales rompieron con sus socios hace unos 5 meses y dejaron a los socialistas gobernando en minoría, pese a haber sido el menos votado de los tres partidos, pues los de Mónica Oltra les arañaron algunos apoyos.
Sin prisas en el PP
Esta posibilidad de recuperar la alcaldía era vista ayer sin prisas desde el PP. El exalcalde y concejal actual popular Alfonso Guillén consideraba que «primero deben decidir los socialistas y si quieren algo, ya saben que estamos aquí. Si a mí me hubiera pasado algo parecido, habría dejado el cargo, pero yo no voy a decirle a nadie lo que tiene que hacer. Es cosa de ellos», apuntaba.
Respecto a una moción de censura, apuntaba que «no se me ha pasado por la cabeza» y, en cuanto al futuro municipal, aseguraba que «no hemos hablado nada, ni en nuestro grupo ni con ellos», decía sobre el PSPV.
