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OPINIÓN

Los ataques al laicismo y a la propia ciudadanía

Muchos son los aspectos y las «palabrerías» que se nos critica a aquellas personas que como nuestra asociación Camp de Morvedre Laic intentamos que la laicidad entre y forme parte de nuestras instituciones, como aparece en la constitución.

Si el laicismo es solidario del republicanismo, por eso algunos nos critican, sus peligros actuales, y creo que a la ciudadanía también, aunque no se quiera reconecer, son los giros políticos liberales, concretamente los siguientes entre otros:

Por un lado la pervivencia del clericalismo ancestral con el propósito insistente de las confesiones religiosas de interferir, condicionar y utilizar en beneficio propio particular el espacio político que siempre debe ser universal. Por otro lado, los procesos más recientes y acelerados de privatización de lo público, con sus políticas neoliberales que ponen en cuestión todos los derechos y libertades conquistados a lo largo de siglos.

Derechos universales. Y más cuando los derechos universales dejan de serlo si no son los poderes públicos y democráticos sus garantes directos, pues nunca debe ser sustituible por la privada, que algunos llaman absurdamente y engañosamente «iniciativa social».

Y más cuando la reducción de lo público conlleva necesariamente limitación o negación de derechos, como puede ser la salud, la educación, las prestaciones sociales etc, y que solo lo público puede ser garantía de ser ejercidos de pleno derecho.

Y cómo no, esta la falacia de decir que los «servicios públicos» estan garantizados con independencia de quienes los proveen, y esto es «hipócrita», pues quedan al descubierto cuando se ve, que aparte del ánimo de lucro que mueve a los proveedores particulares, estos reclaman su carácter de empresa privada y su específica identidad. En resumen y, por último, indicar, desde mi punto de vista, que la privatización de lo público elimina el ámbito común de la ciudadanía, sino ¿cómo se puede garantizar el acceso igualitario a los medios de comunicación si todos son privados y vinculados a intereses económicos o ideológicos?. ¿Cómo se puede exigir pluralidad y libertad de conciencia en centros educativos fundados en una determinado orientación ideológica?, ¿cómo se pueden eliminar símbolos confesionales o sectarios en espacios públicos que pasan a gestión o titularidad privada como pueden ser hospitales, locales de prestaciones sociales, prisiones e incluso universidades?.

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