El aumento de los campos abandonados y las restricciones de raticidas en zonas agrarias han hecho proliferar el número de ratas en las zonas de cultivo, un problema «difícil de solucionar si no se aplican medidas para paliarlo», explica el presidente de AVA Sagunt, Francisco Campillo.
La principal consecuencia del aumento de ratas son la afectación en los cultivos, entre los que destacan los cítricos por ser los más abundantes en la comarca. «La rata se lo come todo, un día se nos van a comer vivos», comenta Campillo.
El representante de los agricultores en Sagunt explicaba a Levante-EMV cómo estos animales son capaces de dañar de 20 a 30 naranjas de un mismo árbol. «Les hacen una agujerito y las vacían. Cuando te vas a dar cuenta, la corteza está seca y el fruto completamente hueco», asegura. Algo parecido sucede con el aguacate. «Van comiéndose la piel de arriba y dejan el resto, dañando el fruto, ya que luego no puede ser ni comido ni comercializado», revela.
Los frutales no son los únicos objetivos de la ratas, Campillo habla de daños en los motores de riego, donde «estos animales se cuentan por decenas». El presidente de AVA asegura que algunos regantes han comprobado como la instalación de su motor estaba roída: «Se comen hasta el recubrimiento de los cables de la luz, las gomas y el plástico». Sin embargo, el presidente del Sindicato de Riego de Sagunt, Pepe Peris ha querido restarle importancia al tema, calificándolo de pequeños problemas que siempre han habido, pero que para el sindicato, de momento, «no son relevantes». Peris sí que destaca la afluencia de conejos, «éstos sí que hacen daño a los campos, porque lo destrozan todo». Sin embargo, los cazadores confirman que «ésta no ha sido una buena temporada de conejos, porque no hay demasiados».
Por último, Campillo solicita que se replantee la posibilidad de tirar raticida por parte del Consell Agrari para paliar el problema con estos roedores.
