El 8 de septiembre dio comienzo en la Comunidad Valenciana y, por consiguiente, también en nuestra comarca un nuevo curso escolar y, aunque desde hace un año ya ejerzo como profesor jubilado y también he dejado mis responsabilidades en el sindicato, no mi militancia ni mi compromiso con CC OO, de todos es sabido que la enseñanza y la educación han sido y son mi vida, por lo que me gustaría dar una pequeña visión sobre el inicio de este nuevo curso.
Me gustaría empezar indicando que éste debería ser el curso de la reversión de los recortes en la educación valenciana y a la vez en nuestra comarca. No es suficiente con la paralización de algunos aspectos concretos de la Lomce, sino que debemos luchar para su derogación, por lo que una total resistencia a esta ley debe ser objetivo de la comunidad educativa durante todo este curso.
En el País Valenciano hemos vivido protestas unitarias contra los recortes, el modelo lingüísticos, la aplicación de la Lomce y tantas otras decisiones de corte neoliberal y segregador que hemos valorado negativamente desde varias plataformas de participación social y educativa durante los últimos años. Ahora es el momento de concretar la reversión de los recortes e impulsar el cambio educativo.
En la enseñanza pública la reversión de los recortes es urgente, ya que han sido muy duras, tanto en condiciones laborales como en salariales, pues da la sensación que el profesorado se siente olvidado en los cambios que está haciendo la conselleria.
A nivel de condiciones laborales habrá que revertir la subida de horas en secundaria que ha afectado mucho a los centros y al alumnado, hay que revertir los descuentos salariales por baja médica, y los recortes en personal en primaria. Además hay que insistir en la reversión de la subida de ratios: la conselleria dio algún paso en ese sentido bajando el ratio sólo del primer curso de cada etapa, que hablando con algunos de mis compañeros que todavía estan ejerciendo, consideran absolutamente insuficiente.
En cuanto a los recortes salariales, hay que reivindicar un nuevo acuerdo que tenga en cuenta todo lo que el profesorado ha perdido: una pérdida media de poder adquisitivo del 11 % en primaria y un 13 % en secundaria desde 2009 hasta este año. De manera urgente, hay que acordar ya el pago de los sexenios para el profesorado interino.
Pero, pienso que todo esto será insuficiente sin ofertas de empleo público anchas y planificadas en el tiempo: hay que recuperar plantillas y por ello hará falta estabilizar mediante ofertas de empleo en los próximos años 10.000 puestos docentes para un sistema educativo público que avance en calidad y equidad.
Por otro lado, la comunidad educativa debe denunciar que el gasto público educativo ha descendido en porcentaje del PIB, perdiendo en equidad. El Gobierno se comprometió, a través del Programa de Estabilidad 2016, en reducir el porcentaje dedicado a gasto público educativo pasando del 4,15 % de 2012 al 3,89 % en 2016, volviendo a un nivel de gasto de los años 80. El gasto público educativo en España ha sido una de las principales afectadas por los recortes, a pesar de que la crisis ha retenido en las aulas o hecho volver a ellas a los jóvenes, incrementando las tasas de escolarización. Por eso hay que hacer frente a estas políticas anti-educativas del gobierno estatal,y más si sigue gobernando el PP, y reivindicar al gobierno valenciano que haga un esfuerzo para compensar esta pérdida.
En consecuencia,hay que instar a la Conselleria de Educación y al conseller, Vicent Marzà, a que abran todas las vías de participación posibles para que sus decisiones cuenten con el apoyo social que necesita un verdadero cambio educativo y que se establezca lo antes posible un calendario de negociación para completar las medidas iniciadas y afrontar todas las demandas del profesorado y de la comunidad educativa.
