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Malestar en Algar ante el traslado repentino a Valencia de los libros parroquiales

El consistorio ha exigido su devolución La medida llega justo después de que el ayuntamiento acabara de adecuar un espacio para conservarlos mejor

Malestar en Algar ante el traslado repentino a Valencia de los libros parroquiales

El traslado de los libros parroquiales de Algar de Palància al Archivo Diocesano de Valencia ha generado malestar entre los vecinos de esta localidad de la Baronia que reclaman al arzobispado que los devuelva a la parroquia de Nuestra Señora de la Merced. El hecho de que la medida se haya adoptado sin información previa, justo después de que el ayuntamiento acabara de habilitar un espacio para conservar mejor todo ese legado ha provocado aún mayor indignación.

El alcalde, Juan Emilio Lostado, reconocía a Levante-EMV que han sido varios los vecinos que han acudido a su despacho y a la Junta Parroquial con la intención de movilizarse para que los libros retornen al pueblo.

La situación ha llevado a la redacción de una carta, dirigida al Arzobispado de Valencia, firmada por el alcalde, el presidente de la Junta Parroquial y el cronista oficial en la que se solicita la devolución de los libros, además de dejar patente en la misiva el malestar que ha ocasionado esta medida, que según fuentes de la localidad se ha realizado «sin que previamente se hubiera informado ni a la misma junta ni al ayuntamiento», extremo que confirman ambas instituciones.

Garantizar su preservación

Según ha podido confirmar este medio, los libros fueron llevados al Archivo Diocesano para garantizar su preservación, traslado del que tuvo constancia el anterior prelado de Algar, quien tampoco informó de lo sucedido ni al ayuntamiento ni a la parroquia. «Se supo porque un miembro de la junta fue a consultar un dato y al abrir el armario se dio cuenta de que los libros no estaban», afirmaban las mismas fuentes.

Para tratar de buscar explicación a lo sucedido, el cronista oficial, José Cataluña, se reunió con el director del archivo de la diócesis, Ramón Fita, quien le informó «muy amablemente» de la intención de conservación que revestía la acción. Esa entrevista dejó una puerta abierta al retorno de los libros ya que, según explicaba Cataluña, «nos aseguró que una vez digitalizados los libros, podrían ser devueltos a la parroquia de Algar, si ese era nuestro deseo y se garantizaba debidamente la conservación y custodia de los mismos».

En cuanto a esas garantías, el cronista se comprometió a que, tal y como recoge el derecho canónigo, «los libros parroquiales son de titularidad y propiedad de cada parroquia y se custodiarán en el archivo parroquial, en un armario que proporcione las necesarias garantías de conservación y seguridad, y siempre bajo llave. Solo el párroco o su delegado tendrán acceso al armario; y así se hará en Algar».

Para ello, el ayuntamiento ya ha finalizado las obras de adecuación de un habitáculo para estos libros y documentos. Una estancia de dos pisos, dentro de la iglesia, a la que se accede por una escalera de madera, que ha sido objeto de un tratamiento antihumedad. Se han incorporado ventanas y se ha cambiado el revestimiento dejando la piedra al aire para asegurar una mejor ventilación del archivo.

Precisamente, la obra ha sido sufragada con este objetivo por parte del ayuntamiento y la Junta Parroquial, por lo que la falta de información de su traslado ha generado un mayor malestar.

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