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Adiós a la última playa natural de Sagunt

La maquinaria pesada irrumpe en la costa de la Malvarrosa para devolver a Almenara la piedra arrastrada por el temporal

Adiós a la última playa natural de Sagunt

La maquinaria pesada ha irrumpido estos días en la playa de la Malvarrosa de Corinto y ha roto con la tradicional tranquilidad de este reducto que, para muchos, era la zona más naturalizada de todo el litoral de la comarca.

Por un lado, unas máquinas criban la arena y seleccionan las piedras de mayor tamaño. Así, luego éstas se transportan en camiones hasta la cercana playa de Almenara, con tal de paliar los devastadores efectos del último temporal. «Se trata simplemente de devolverlas al lugar donde estaban. A Sagunt no se le quitará arena», precisaban a Levante-EMV desde la Demarcación de Costas, después de que el propio Ministerio impulsara esos trabajos.

Además de acopiar la arena resultante en montones que luego se prevén distribuir por la costa saguntina, el entorno de la zona de las Casas de Queralt también ha variado mucho en los últimos días. Y es que Costas ha reconstruido el pequeño espigón situado en el linde entre Sagunt y Almenara, pues el fuerte oleaje deslizó la escollera y los trabajos se han centrado en devolver a la zona su estado anterior a los temporales, según explicaban desde el departamento.

Para facilitar el traslado de las gravas a Almenara, temporalmente, la salida al mar de la gola de Queralt se ha desviado por unas tuberías y su parte superior se ha cubierto de tierra para así permitir el paso de los camiones.

Desde el ayuntamiento se aseguraba desconocer detalles sobre cuánto durarán los trabajos, si bien el edil de Playas, José Vicente Muñoz, aseguraba ayer a este diario que la actividad más intensa en la zona comenzó el pasado lunes. «Estamos realizando un seguimiento para empezar a repartir la arena por nuestro término cuanto antes», apuntaba.

Desde Acció Ecologista Agró, uno de sus representantes, Enric Amer, veía con escepticismo esa distribución de arena. «En realidad, se trata de una cantidad muy pequeña y, además, al quitarle la grava de mayor tamaño, enseguida acabará siendo arrastrada por la corriente hasta la playa de Canet», afirmaba a este diario.

Respecto a las obras impulsadas y al temido macroespigón en Almenara que tanto preocupa al ayuntamiento saguntino y a los vecinos de la playa de Almardà, Amer comentaba de forma genérica: «Estamos asistiendo a la constatación de que ya hemos perdido el poco tramo que nos quedaba de las playas naturales. Nos hemos cargado la dinámica natural de las playas. Ahora ya todo es fruto de la intervención humana y tendremos que pagar las consecuencias de todo lo que esto supone. Y es que, a veces, se pueden buscar soluciones a corto plazo, pero seguramente a largo plazo, o no se podrán lograr o serán carísimas», decía.

En este sentido, recordaba que el director de Costas en Valencia cuando se impulsó Puerto Siles ya reconoció hace décadas ante representantes de Agró que la solución ideal para la costa eran espigones paralelos a ella y no perpendiculares, como los de Puerto Siles. «Nos admitió que, de esa manera, al final íbamos a tener cada 200 metros un espigón. Y es evidente que no se equivocaba, pues cada vez se han ido construyendo más desde Cataluña a Valencia, compartimentando más la costa y dejándola cada vez más artificial. Y, de hecho, en las localidades donde primero se hicieron, ahora se ha visto que los temporales ya los están saltando, provocando daños. Es una realidad que tenemos que asumir. Faltan aportes de sedimentos y cada vez los temporales tienen más fuerza y perjudican más».

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