El pabellón José Veral del Port de Sagunt se convirtió una vez más en un hervidero durante la celebración de la gala de clausura de las escuela de iniciación de gimnasia rítmica, que gestiona el Morvedre. Cerca de 230 gimnastas pasaron por el tapiz en una cita en la que el presidente de la entidad porteña, Luis Marín, pidió disculpas por las «descoordinaciones» a principios de curso con el ayuntamiento, que propiciaron el inicio más tardío de algunos grupos y la consiguiente falta de instalación para desarrollar la actividad. Más allá de esta referencia, la tarde se desarrolló en medio del habitual ambiente de fiesta que se genera en estas galas.