Después de más de 15 años de reivindicaciones, la conselleria de Medio Ambiente ha iniciado los trámites para restaurar la gola de Quartell, una actuación necesaria para regular los niveles de agua del marjal del Almardà y acabar con las continuas inundaciones y pérdidas de cultivos.
La administración autonómica ha sacado a concurso la intervención por un importe total de 462.511,08 euros y un plazo de ejecución de siete meses.
Este actuación en la gola, que lleva cerca de 20 años sin funcionar, arrastra casi de ocho años de retraso aunque el último anuncio realizado por la conselleria fue en 2016, momento en el que se comprometió a iniciar las obras, aunque solo encargó el proyecto, que estuvo listo en marzo de 2017. Pese a las continuas quejas de agricultores, ecologistas y vecinos por el retraso dada la urgencia, la falta de presupuesto para esta obra que ya estaba consignada en un partida, volvió a paralizar el presupuesto, por lo que el compromiso de iniciar las obras se trasladó hasta el primer semestre de 2018, tal y como fuentes de Medio Ambiente informaron a Levante-EMV.
El mal funcionamiento de la gola, que actúa de desagüe natural del agua al mar, ha generado muchos problemas en la última década. La falta de un mecanismo que regule la entrada y salida de agua ha acarreado numerosas inundaciones tanto en urbanizaciones como en el propio humedal de Almardà, anegando decenas de campos y dando al traste con toneladas de cultivos. A esto hay que sumar la contratación de bombas por parte de los agricultores para achicar el agua de sus campos, un gasto que asciende anualmente a más de 30.000 euros,entre el alquiler de las máquinas y la gasolina. Esta situación «insostenible» para muchos trabajadores ha llevado al abandono de más de 2.000 hanegadas de tierra cultivable en la última década.
Amenaza a la nidificación
Desde el punto de vista medioambiental, la falta de regulación natural de los niveles hídricos en el marjal de Almardà «está poniendo en peligro la nidificación de aves », ya que las idas y venidas de agua suponen una amenaza para los nidos, muchos de los cuales acaban arrastrados ante las subidas y bajadas continuas del nivel del agua, explicaban desde Acció Ecologista Agró.
En cuanto al proyecto, se contempla la instalación de una turbina «que sea capaz de elevar el agua por encima de la cota de la tierra que tapona la salida al mar y de esta manera ir resolviendo este aterramiento». Este grupo de bombeo, encargado del drenaje, se colocará en una nave de 50 a 70 metros cuadrados. A esto se añade la colocación de una tubería de acero de unos 80 metros en el interior del cauce de la gola por donde se bombeará el agua a presión que quede estancada en el canal hasta las mismas compuertas.
