Raro es el año en el que la cera de Semana Santa no provoca un quebradero de cabeza al Ayuntamiento de Sagunt. Y es que a las habituales quejas de los conductores y peatones por las molestias causadas durante las semanas posteriores a las procesiones se suma la interminable lista de caídas y accidentes que originan estos restos, que este mismo año ya ha provocado algún siniestro, aunque sin consecuencias graves.
No fue ese el caso en 2015, cuando un vecino que caminaba por la calle València, a la altura de la iglesia de El Salvador, sufrió un resbalón más de un mes después de la Semana Santa, que le produjo «graves lesiones» hasta el punto de requerir su ingreso hospitalario. En la reclamación presentada en el consistorio, la víctima defendía que la causa del siniestro fueron «las abundantes gotas de cera que ensuciaban la superficie de la acera», así que exigía al ayuntamiento el pago de una indemnización ligeramente superior a los 34.200 euros.
En el procedimiento instruido, la administración local requirió informes a la SAG, que defendió la instalación de la moqueta y la posterior limpieza especial a presión; a Cultura, que señaló a la Cofradía de la Puríssima Sang como organizadora de las procesiones; así como a la Policía Local, que apuntó que no tenía constancia de que se hubiera producido la caída.
Seguro de responsabilidad
La propia cofradía, a través de su vicepresidente, remitió un escrito al Ayuntamiento de Sagunt en el que señalaba que el reclamante ni hacía mención a la responsabilidad de este colectivo encargado de la Semana Santa, aunque recordaba que disponía de un seguro de responsabilidad civil, que ya ha servido para resolver otros conflictos de este tipo.
Completado el expediente y debido a la cuantía de la reclamación, el Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana entró en escena para ratificar la desestimación propuesta por la junta de gobierno de Sagunt. Los argumentos del organismo autonómico se basan en que «en este caso ha quedado acreditado que el funcionamiento del servicio público de limpieza después de las procesiones actuó correctamente, teniendo en cuenta, además, que la caída se produjo más de un mes después de las procesiones».
Así, el Consell Jurídic resuelve que «no pudiendo establecerse relación causal alguna entre el funcionamiento del servicio público y los daños alegados procede desestimar la reclamación».
