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Unidos en la angustia y la esperanza

Fertiberia y Saguntino afrontan sendos partidos que decidirán su futuro en Asobal y Segunda B

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Sagunt vive desde hace un par de temporadas en su cénit deportivo, al menos desde un punto de vista competitivo, con sus dos equipos más importantes en la liga Asobal y la Segunda División B. Esta situación corre riesgo serio, ya que los rojiblancos están en zona de descenso a tres jornadas del final, mientras los rojillos han caído a los puestos de promoción después de una racha de 7 derrotas consecutivas.

Pero ambos tienen todavía en su mano mantener la categoría, un objetivo para el que mañana, casi a la misma hora, es una día clave cuando los porteños jueguen en Cangas y los saguntinistas reciban a la Llagostera. Estos dos clubes han hecho soñar a la ciudad, los rojiblancos con muchas temporadas en la máxima categoría y los rojillos con su ascenso a la división de bronce del fútbol española, logro aderezado con la conquista de la Copa Federación, hito que nunca antes había logrado un equipo valenciano.

Hoy, Fertiberia y Saguntino viven momentos similares, aunque con matices. Este último realizó una espectacular primera vuelta que le permitió coquetear con los puestos altos, pero, después de las navidades y los movimientos en el mercado de invierno, se sumergió en una dinámica negativa, que ahora le tiene en puestos de promoción para evitar el descenso tras encadenar 10 encuentros de liga sin conocer la victoria. Por su parte, el Fertiberia empezó mal y no ha levantado cabeza. Solo su última victoria en casa hizo que jugadores y afición recuperaran la confianza en seguir entre los grandes.

Las semejanzas entre ambos va más allá de su situación clasificatoria, ya que los puestos han puesto sus destinos en manos de entrenadores que empezaron dirigiendo a sus filiales y no tienen experiencia previa en la categoría. Y es que ni Nikola Milos ni David Gutiérrez pudieron encontrar el camino de la reacción, algo que necesitan tanto Sergio Berrios como Óscar García Collado.

Creer y apoyar

Así, mañana puede ser el principio del fin de dos grandes sueños o solo una piedra que saltar en un largo recorrido que espera por delante. A los creyentes habría que rogarles que se encomienden a los santos patronos de la ciudad, a los supersticiosos que busquen todos sus amuletos a una y a los demás, que sigan creyendo y apoyen en las buenas y en las malas a estos dos grandes equipos que tantas alegrías han dado y sin duda volverán a dar, quizás mañana mismo.

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