Son tiempos difíciles para el desarrollo económico, el empleo, la política. Por eso nos preguntamos qué necesidad tenía el conseller de Educación o el Gobierno del PP de arremeter contra la comunidad educativa arrebatándole su grado de participación y su trabajo en el Consell Escolar Valencià. El CEV funciona desde hace más de veinticinco años. Y aunque últimamente por él no corrían las palabras portadoras de pensamiento, seguía siendo el único foro en el que toda la comunidad educativa podía encontrarse institucionalmente.

No negaré la capacidad del gobierno del PP para cambiar su estructura o composición. Pero si es un órgano de participación, ¿por qué no debatirlo en su seno? ¿Por qué expulsar a los movimientos de renovación pedagógica? Para que sigan formando parte del Consell ya se dieron en estas páginas fundadas razones que no reiteraré. Si un gobernante serio quisiera cambiar el CEV, lo haría prudentemente, nombraría a alguien que creyese en la participación y que invirtiese su tiempo en hablar con los responsables de los sectores de la comunidad educativa y que se esforzase porque se pusiesen de acuerdo en aquello que ha de hacerse para mejorar nuestra enseñanza. Entre otras muchas cosas, para eso está el CEV.

Es legítimo que el PP quiera aprovechar cualquier error del Gobierno central para atacarlo. Pero siendo legítimo a un partido político, no lo es al gobierno de los valencianos. La Generalitat es el gobierno de todos, no de una parte. Por eso, si fuesen honestos, estarían promoviendo el acuerdo entre las partes para resolver los problemas importantes de la enseñanza valenciana. Depende exclusivamente del gobierno valenciano y de nuestro trabajo que dejen de ser tan altas nuestras tasas de fracaso y abandono. Un gobierno autonómico ni puede ni debe programar su gestión pensando en enfrentarse con el Gobierno de España.

A nadie beneficia no suscribir programas que el ministerio ofrece a las comunidades. Sí, el gobierno valenciano tendría que poner parte del dinero, pero no creo que nadie defienda que la enseñanza no lo merece. Lectores de lengua inglesa, los famosos portátiles, el escuela 3, etc. El conseller nunca preguntó al CEV qué opinaba de esos programas, qué alternativas podíamos ofrecer.

Aún pueden sustituir el borrador de proyecto de Ley para modificar sustancialmente el CEV (¡casi la mitad de sus miembros serían designados por la administración!) por un documento de análisis para debatir en el Consell y consensuar una propuesta. En el Consell hay muchos precedentes de acuerdos sobre materias muy controvertidas. Si no, entenderé que ni creen en la participación ciudadana, ni respetan la Constitución, ni quieren a este País, pues demostrarían que su fin sería tener mayoría de brazos alzados para aplaudir sus propuestas y no tener un órgano de participación que manifestase libremente lo que pensase en cada momento la comunidad educativa Valenciana.