Tanto hablar de las medidas a tomar y de las que van a entrar en vigor, como la inmediata subida del IVA que nos va a retrotraer al consumo de los años grises de la economía, donde todo se desarrollaba mediante revaluaciones y devaluaciones de la moneda soberana, para cubrir las carencias mediante las disminuciones de las importaciones y aumentos de las exportaciones.

Pero he ahí que estamos en la Unión Europea, el ma-yor paso político, aunque estemos aún comenzando por lo económico, lo más peliagudo, de los últimos cien años. Con una moneda común que no nos permite veleidades comerciales, pero que nos ha proporcionado el gozar de unos excelentes Fondos de Cohesión, preciosos para países como el nuestro anclados en la ribera de los más pobres, junto con Portugal, Irlanda y Grecia. Actualmente tenemos el euro y una situación insostenible debida a un gobierno nefasto en política económica, amén de otros ámbitos, y que nos hace dudar de las razones de tanto desatino, si la subordinación a la conservación del voto, o la incapacidad congénita para llevar adelante una economía difícil.

Ante el mandato inapelable del FMI, de la UE y del Banco Central Europeo se han tomado medidas in extremis que se exigían. La reforma laboral, aún por desarrollar, nos llevará años y las congelaciones de pensiones y salarios de funcionarios, lo que inevitablemente recortará su poder adquisitivo ante la subida del IVA.

Quedando en cartera alusiones más propias de aparato agit-prop, como subir los impuestos para que «los ricos paguen más», y también el recorte crediticio a los municipios, que pone a los ayuntamientos en apuros, pues los presupuestos no se pueden realizar o terminar. ¿Para cuándo la reforma de la financiación de los ayuntamientos que siempre están en precario y que produce presuntamente, la vía a la prevaricación con concesiones a cambio de comisiones cuando no son transparentes? Sin embargo, el déficit seguirá con una diferencia de 7 puntos negativos con respecto al 3% que se exigen para el 2013, ya que ahora gozamos del 11,5%. Y la deuda se elevará considerablemente, ya que los bonos públicos españoles se valoran un 200% menos que los alemanes, lo que se compensa con mayores intereses a pagar por ellos, por ser menos fiables.

El tiempo va pasando y España será la última en salir de la recesión, ya que este año no se experimentará crecimiento alguno. Tiempo y tiempo perdido. Nadie de las mentes gobernantes, ni sus buenos asesores, piensan que cualquier retraso en soluciones positivas se convierte en un multiplicador negativo de condiciones para superar una crisis. El tiempo perdido es pobreza asegurada. En economía, el tiempo siempre tiene parte destacada en casi todas las fórmulas de cálculo. Por ejemplo, la diferencia entre el interés y el TAE está en el tiempo. Claro que en economía no tiene cabida la celebración de elecciones como valor mesurable.