Sin ninguna duda, hay que suprimir los exámenes de septiembre. Cuanto antes y en todos los niveles educativos. La supresión en septiembre, en cualquier caso, no conlleva la supresión de los exámenes de septiembre, entendidos éstos como la segunda convocatoria u oportunidad para superar determinadas materias. Podrían trasladarse al mes de julio, modificándose el calendario académico. Desde el punto de vista universitario, existen numerosos motivos de tipo académico, administrativo y social que lo aconsejan.

La supresión de los exámenes en septiembre es imprescindible para poder establecer un calendario que permita encajar en los doce meses de un año las diferentes tareas académicas, de evaluación y administrativas que conlleva la actividad docente y discente. El comienzo de las clases en los primeros días de septiembre permitirá ordenar de manera más racional los períodos lectivos semestrales con las vacaciones navideñas. Y permitirá, cuestión muy importante, resolver las actividades inherentes a la evaluación con tiempo suficiente para que, antes del 31 de julio de cada curso, el alumnado pueda matricularse en el curso siguiente. Al contrario de lo que sucede hasta ahora, donde lo habitual es que se solapen el comienzo de las clases y la de matrícula. Esto resulta especialmente inoportuno en las actuales circunstancias, derivadas del proceso de implantación del EEES y los cambios metodológicos que conllevan la mayor participación activa del estudiante y la evaluación continua. Es imprescindible que, antes del comienzo de las clases, el alumnado tenga perfectamente claras sus opciones de matrícula. En la Universidad Politécnica de Valencia, a partir de este curso 2010-2011, el calendario académico se ha modificado, suprimiendo los exámenes en septiembre, para los títulos adaptados al EEES.

Por otra parte, este calendario, que se acomoda al imperante en la mayoría de países europeos, facilita el intercambio y la movilidad estudiantil tanto en los flujos de llegada como en los de salida. Y facilita, también, la posibilidad de la realización de prácticas universitarias en empresas, la incorporación al mercado laboral estival o, simplemente la disponibilidad de un lógico período de descanso vacacional para el alumnado.

La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas hace tiempo que viene demandando este cambio de calendario que ya es una realidad en numerosas universidades o comunidades autónomas (Madrid, Navarra, Euskadi, Galicia, Aragón, Universidad Politécnica de Cataluña, Universidad de Murcia…). En todos los casos, con la consiguiente supresión de los exámenes en septiembre.

Pero esta modificación del calendario debe extenderse hacia los niveles pre-universitarios. Y más en concreto a las PAU. El porcentaje de estudiantes que ingresan en septiembre en las universidades públicas de la Comunitat Valenciana es el 10% de los alumnos de nuevo ingreso. Lo que representa un magro 2% del total. Debe encontrarse una solución que permita la incorporación de este colectivo en las mismas condiciones que los demás sin que condicionen el calendario académico de la inmensa mayoría del alumnado. La solución existe: desplazar al mes de julio la convocatoria extraordinaria de las PAU. Las universidades públicas valencianas venimos demandando, de manera unánime, este cambio a la administración autonómica. Hagamos entre todos lo posible para que el inevitable futuro sea, cuanto antes, un presente.

Vicerrector de Estudios y Convergencia Europea.Universidad Politécnica de Valencia