Raimon acaba de publicar un nuevo disco y no entiendo nada. Escucho atentamente Rellotge d´emocions; sentimientos profundos, cotidianos, nacidos de esa reflexión interior que no admite nostalgias ni rencores. «Rellotge d´emocions que no s´esborren». Escucho He passejat per València sol, canción de una cierta ironía carente de amargura: «He passejat per València, sol/On hi ha gent que m´estima molt/On hi ha gent que m´estima poc/On hi ha gent que no m´estima gens… He caminat pel carrer la Pau/March i Fuster m´han enlluernat/Roig i Estellés se m´han barrejat/Alfaro i Ventura m´han animat». En Bagdad 91 (La guerra en directe) sientes la grave herida que te provocó una guerra televisada: «Tot Occident mira assegut/Davant del televisor/L´impacte de tants projectils/Esclats de llum, verdosa llum/Amaguen els morts i els ferits». Y pregunta: «Morirà la vida en la terra/Abans d´entrematar-nos?/Morirà després d´entrematar-nos/La vida en la terra?/Morirà?». Escucho y escucho en nuestra dulce lengua, las diez canciones de este asombroso CD y no entiendo nada. No entiendo cómo no se ha presentado en el Teatro Principal de Valencia, donde siempre ha actuado agotando entradas, hasta en los tiempos del franquismo, porque, según cuenta el propio Raimon del empresario del teatro, «era empresario y yo llenaba el aforo».

Ahora, si viene a nuestra ciudad tiene que comprar la audición en el Olympia, un teatro privado. Y en Xàtiva —su ciudad, a la que ha hecho internacional (varios extranjeros han venido a Valencia y han querido ir allí para conocer la ciudad de Raimon)— en el 50 aniversario de la canción que le hizo famoso —Al vent— ha tenido que comprar el Gran Teatre. Llenando el aforo, agotado, desde varias semanas antes de las tres actuaciones. Raimon no cantaba en su ciudad desde 2002. Sin embargo, en la Comunidad de Madrid ha presentado con gran éxito su Rellotge d´emocions.

No entiendo lo politizado que está todo y una enorme desorientación invade el espacio de nuestras vidas, ¿para qué quieren los políticos tantos asesores? Raimon, juglar y trovador, que ha cantado en el Olympia de París, en Alemania, México, Suiza, en Estados Unidos, por todo el mundo. Que ha llenado estadios reuniendo diferentes ideologías políticas unidas por una esperanza: la democracia. Y ahora… no entiendo nada.

Sin embargo, el Centro de Estudios Locales (CEL) de l´Eliana, con la colaboración de la Universitat Politècnica de València, y con motivo del concierto de Raimon el 15 de enero de 2011, organizó una semana de actos dedicados al cantante de Xàtiva. El 14 de diciembre de 2009, en un solemne acto académico, se le hizo entrega de la medalla de la Universitat de València. El 27 de enero de 2011, la Universidad de Alicante lo invistió como doctor honoris causa por su «trayectoria como cantante y poeta en defensa de las libertades democráticas y de la cultura valenciana». A nadie se le debe cuestionar su pensamiento político, es una de las grandezas de la democracia, y menos a un artista. A un artista no se le debe vetar por su ideología. No. Diguem no! Y yo tengo setenta años y ya no me callo.