Se ha preguntado alguna vez qué sucede con sus datos personales cuando se conecta a internet para reservar un vuelo? ¿Puede borrar realmente una foto que en su día subió a una red social? ¿Sabe quién puede ayudarle si han robado sus datos o los han utilizado incorrectamente?

Muchos europeos se hacen las mismas preguntas. A pesar de que aceptamos la creciente importancia de internet, un 72 % (71% en España) de los usuarios es consciente de que proporciona demasiados datos personales. Solo algo más de la cuarta parte de los usuarios de las redes sociales cree tener un control absoluto sobre ellos.

En las redes sociales, en los teléfonos inteligentes y en las tarjetas que guardan información sensible sobre la asistencia sanitaria que recibimos, dejamos rastros digitales cada vez que damos un paso. En este «nuevo y desafiante mundo de los datos», necesitamos dotarnos de un conjunto sólido de normas sobre protección de datos. En Europa, la Directiva de 1995 constituyó un hito en el camino para garantizar nuestra intimidad. Sin embargo, las diferencias en la manera en que los países han aplicado la ley han provocado lagunas jurídicas. Es preciso modernizar las normas vigentes, que se remontan a una época en la que el fundador de Facebook tenía 11 años.

La Comisión Europea acaba de proponer una reforma global de esas normas. Con las nuevas normas tendrá usted un mayor control sobre sus datos y podrá acceder más fácilmente a ellos. Además estará usted mejor informado si decide compartirlos.

¿Qué cambiará concretamente?

Habrá un único conjunto de normas sobre protección de datos en los 27 Estados miembros de la UE. Las normas de la UE se aplicarán cuando las empresas manejen datos personales fuera de la Unión o cuando ofrezcan servicios a los ciudadanos de la UE. Podrá acceder más fácilmente a sus datos personales y podrá transferirlos de un servidor a otro. Sus fotos, vídeos y contactos le pertenecerán a usted, no a la empresa que haya elegido para poner su perfil en la web. Si solicita sus datos, le serán devueltos en un formato usado habitualmente, lo que facilitará la elección de otro servidor.

El «derecho al olvido» le ayudará a gestionar mejor los riesgos de la protección de datos en línea. Imagine que ha colgado una foto comprometedora en su página en una red social y tiene una entrevista de trabajo al día siguiente, por lo que desea eliminarla. Con arreglo a las nuevas normas, este derecho será una realidad. Todos nosotros podremos controlar nuestros datos. Esto no significa que podamos borrar las noticias que hayan aparecido en los periódicos sobre nosotros o que podamos limitar la libertad de prensa. Las nuevas normas también dejarán claro que cuando usted autorice el tratamiento de sus datos, este deberá hacerse de forma explícita y con su conocimiento. En caso de que sus datos se roben, pierdan o pirateen se le deberá informar de ello cuanto antes, no transcurrida una semana.

Por lo que se refiere a las empresas, las nuevas normas se traducirán en menos burocracia y mayor seguridad. En la medida de lo posible se eliminarán las obligaciones de información que resulten superfluas. Las organizaciones solo tendrán que tratar con la autoridad de protección de datos del país de la UE en el que tengan su sede principal.

Los ciudadanos podrán navegar por la red con seguridad y aprovecharse de las ventajas de comprar en línea y de las nuevas tecnologías. El lugar en el que se viva o en el que se encuentre el servidor o la sede principal de una empresa no dará pie a diferencias, lo que reforzará la confianza en el mercado interior y contribuirá a dar un mejor servicio a los consumidores en toda Europa, cuyos datos personales serán tratados de manera más segura y con menos gastos. En los complicados tiempos que vivimos, esto es lo que Europa necesita.

Vicepresidenta de la Comisión Europea. Responsable de justicia, derechos fundamentales y ciudadanía