Hoy, 18 de abril, se celebra un año más el Día Internacional de los Museos; este año bajo el lema Museos en un mundo cambiante. Nuevos retos, nuevas inspiraciones. Este lema no podría estar mejor elegido, ya que la situación de crisis económica en la que nos encontramos hace que las instituciones museísticas tengan que plantearse nuevos retos, diferentes a los de épocas anteriores.

Se ha acabado el tiempo de los museos como aquellos centros que, por su mera existencia, habían de traer riqueza y flujos turísticos a los territorios; se ha acabado el tiempo de los grandes equipamientos museísticos de nueva creación; se ha acabado el tiempo de los fastos y el afán por la imagen sin tener en cuenta contenidos, públicos y racionalidad de recursos. Se ha acabado el tiempo de los políticos que veían los museos como una forma de legitimidad personal y notoriedad electoral y se abre la oportunidad para los profesionales y la relación de estos centros con los ciudadanos.

Son muchos los retos de los museos en este entorno que cambia día a día, pero fundamentalmente se centran en revisar objetivos, reestructurar el mapa museístico, mantener nivel de actividad y calidad pese a los recortes económicos, racionalizar recursos y comprender los diferentes públicos, entre otros.

Probablemente los museos deban apostar, más que nunca, por trabajar con el territorio, los públicos, los colectivos culturales y sociales de su entorno y, sobre todo, por colaborar con todos ellos y con otros centros museísticos y culturales. Tal vez esto sea más fácil para aquellos pequeños museos locales distribuidos a lo largo y ancho de toda nuestra geografía a cuyo frente se encuentran profesionales dinámicos y multitarea.

Llega el momento de que los museos trabajen de manera conjunta, especialmente los centros de mediano y gran tamaño que tradicionalmente lo han tenido más difícil por diversas circunstancias; de que las diversas administraciones olviden sus diferencias, se coordinen en la consecución de los objetivos de los museos y establezcan lazos de colaboración en sus tiempos, sus programaciones y sus estrategias de comunicación.

Los retos son innumerables, pero también son inspiradores. En tiempo de crisis, los museos han de erigirse como los centros de mayor irradiación cultural, capaces de articular y vertebrar la sociedad civil y su entorno. Los museos se lo deben a la sociedad. En un momento en que parece que los estamentos político y económico han dado la espalda a la ciudadanía, es el sector cultural el que más puede hacer por ella y los museos cuentan con una trayectoria y recursos adecuados para ello. Se trata de un reto en plena evolución, al igual que otros muchos retos a los que los museos se han enfrentado con éxito; sin duda, en esta ocasión volverán a conseguirlo.