Anda todo el sector turístico valenciano muy satisfecho del incremento del atraque de cruceros en los puertos, un mercado en el que Barcelona y Palma comparten el liderato desde hace años. Mañana mismo, tres grandes navíos harán escala en el puerto de Valencia, que aún no tiene un muelle adecuado para ellos, y verterán 10.000 visitantes en decenas de autobuses sobre las calles de la capital. El reto consiste en que además de pasear y hacer fotos, se gasten algo. Y es un empeño difícil. Quien haya disfrutado de unas vacaciones de ese tipo sabe que en el barco tiene todo pagado, por lo que comer en la ciudad es un gasto extra. Una botella de agua o una caña con tapa, todo lo más. Y de comprar, un imán para la nevera como mucho. Con excursiones que duran entre 30 y 60 minutos y que son simultáneas, al centro o a la Ciutat de les Arts (sólo se puede elegir una) es difícil retener al guiri y hacer que se deje unos euros. Todo un reto para la imaginación. ¡Y aún hay quien quiere llevarlos en AVE a Madrid en una excursión de un día!