La campaña de setas no tuvo un buen inicio, por la ausencia de precipitaciones a principios de este otoño, ni ha tenido una buena continuación debido a las altas temperaturas, especialmente en el territorio valenciano, donde los diversos episodios de poniente dispararon la media térmica mensual más de tres grados por encima de lo normal, según la Aemet. Estos últimos días, las rachas de fuertes vientos, muy intensas en la zona del Valle del Ebro, también están incrementando la sequedad de los suelos, muy perjudicial para el crecimiento de los hongos. Y mientras la afición por la micología se populariza y se empiezan a imponer tasas ecológicas para acceder a cotos, se ha conocido que los espacios naturales de la Sierra de Gredos y el Valle de Iruelas, en Ávila, se van a convertir en las primeras reservas micológicas integrales de España. Los dos valores fundamentales de las áreas integrales serán la observación y la educación micológica, con el fin de ayudar al público a diferenciar la seta comestibles de las venenosas, y también crear un producto asociado que ayude a complementar el turismo activo en estos espacios protegidos.