Aemet se hace eco estos días en su página web de la nota de prensa que ha publicado la Organización Meteorológica Mundial sobre la situación del contenido actual de CO2 en la atmósfera terrestre. Son cifras que aparecen en el reciente informe de Cambio Climático del IPCC y que se han querido destacar a modo de aviso especial, porque realmente reflejan una situación preocupante. Desde que comenzaron las mediciones científicas del contenido de CO2 en la atmósfera en el año 1957, declarado Año Geofísico Internacional, la proporción de este gas de efecto invernadero en la troposfera ha pasado de 315 a 395 partes por millón en volumen, en una tendencia anual al alza que no parece tener fin. Y que va a seguir durante los próximos años puesto que los países que firmaron el protocolo de Kyoto en 1997, no terminan de cumplir, salvo excepciones, los objetivos de reducción de emisiones allí fijados y los que no lo firmaron, EE UU y China entre ellos, no dejan de emitir cada año con más fuerza. Y lo mismo con el resto de gases de efecto invernadero (metano, oxido nitroso, entre otros). De manera que nos estamos esforzando, con ahínco, en contaminar nuestra atmósfera con gases que, además, están alterando el balance energético terrestre y con ello las condiciones de nuestro clima. Se podrá dudar de que el CO2 sea el responsable último de este cambio climático, pero en lo que no cabe duda posible es que seguimos contaminando la atmósfera en un irresponsable proceso amparado en un desarrollo cada vez menos sostenible. Y eso tiene consecuencias... también en el clima.

En 1923 comezaron a transmitirse, junto a las señales horarias, los pronósticos del tiempo para toda España.