Algunos cultivos de secano de nuestra región mediterránea van a verse especialmente afectados por las futuras condiciones climáticas, si se cumplen las previsiones de los modelos de cambio climático. Almendro y viñedo están llamados a replantear su futuro en un escenario de aumento de temperatura y de sequías duras y prolongadas, como nos indican desde los organismos internacionales. Este año de aguda sequía en el sureste ibérico se está viendo morir almendros desde la raíz, como hacía décadas no ocurría. Y estamos hablando sólo de un año de sequía, ni siquiera de una secuencia larga como la de los años ochenta o noventa del pasado siglo. Si los agricultores están dispuestos a perder sus cosechas de almendra un año sí y otro también, adelante. Pero tendremos que tener preparado un sistema de ayudas económicas para compensar sus continuas pérdidas. Y el viñedo sufrirá también cambios en variedades y distribución territorial. Leía estos días una noticia al respecto de los cambios en variedades y en localización de cultivo de vides en Australia, donde algunos agricultores están plantando viñas en Tasmania, muy al sur, donde hasta ahora no era rentable el cultivo de la vid por las temperaturas más frescas allí existentes. Sin embargo, el gobierno australiano se ha tomado en serio la cuestión y está impulsando estudios para ver las posibilidades que tendría el cultivo de uva de vinificación en esta isla, en las próximas décadas, dentro del contexto del calentamiento global. El sector del vino mueve en Australia 4.000 millones de euros cada año. Aquí en España, donde los ingresos del sector superan los 10.000 millones de euros, de momento no hay ningún plan oficial de adaptación al cambio climático. La empresa privada va por delante. Algunas compañías del sector viti-vinícola de Cataluña, por ejemplo, están comprando parcelas de cultivo en el pre-Pirineo, en lugares donde hace unos años nadie pensaba que podrían cultivarse viñedos con rentabilidad. Son cambios, actuaciones y propuestas sobre las que la administración tendrá que decir algo, pero pronto.