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Desafío a la española

En estos momentos se plantea uno de los mayores desafíos que ha afrontado la democracia en España, pero si ha podido solventar problemas tan tremendos antes, y culminar la Constitución de 1978, también puede superar los problemas que se presentan y que no son tan distintos en otros países europeos. Se dirá que su democracia estaba asentada antes, pero no han faltado conflictos graves. La misma Francia vivió el golpe de Estado durante la guerra de Argelia y la vuelta de De Gaulle de forma forzada, asumiendo plenos poderes y renunciando el presidente Coty. Y cambió una vez más su constitución con la llamada V República (Francia es la que más veces ha reformado su carta magna, como analizó Hannah Arendt).

Si nos parece mucho tiempo sin Gobierno (o con Gobierno en funciones) ya hubo un precedente con más de 50 días de provisionalidad, y no pasó nada. La salida no era fácil, y hubo mucha negociación entre Aznar y Pujol (hay quien dice que de aquellos polvos vienen estos lodos). Si Pedro Sánchez se toma 30 jornadas para pactar su investidura y luego formar Gobierno, no es una exageración (aunque las esperanzas de Rajoy estaban en que encallara pronto). El actual inquilino de la Moncloa señalaba que es posible que logre ese pacto pero no le augura que pueda gobernar. Por el damero maldito que supone la aritmética de diputados en el Congreso, de partidos con los que negociar, y los números imposibles del Senado (donde tiene mayoría absoluta el PP).

Se han visto cosas más imposibles en Italia, cuando el pentapartido, claro que hubo muchas crisis, pero Renzi llegó a un pacto que ha permitido navegar con el partido de Berlusconi, lo que nadie creía (bajo la amenaza del Podemos de allí con Beppe Grillo). Y lo de Bélgica fue encaje de bolillos entre los dos grandes partidos (uno secesionista) dejando gobernar al tercero, de menor representación parlamentaria, buscando un equilibrio. Y no vemos a esta pequeña nación en crisis, con los tiempos que corren en una UE zarandeada por diversos encontronazos con Rusia, con la oleada de refugiados o con el brexit.

Se ha de resolver y sin duda el encaje no va a ser fácil y solamente será posible con concesiones y aparcando algunos temas (eso que para unos y otros son líneas rojas). Tal vez el miedo guarde la viña. El miedo a repetir elecciones para el PP y el PSOE, pero no en menor riesgo para Podemos. Y el miedo a que en la coyuntura económica actual no se pueden hacer prodigios, aunque en ese plan de gobierno, el partido de Pablo Iglesias haya pedido la Luna como prenda del día siguiente a San Valentín. Se irá a Bruselas a pedir nuevos plazos y flexibilidad, pero ellos han exigido recortes de 9.000 millones. El último semestre del año será cuesta arriba para todos.

El 5 de marzo puede despejarse la incógnita y de un modo u otro se iniciará una nueva etapa, sí, llena de riesgos, pero que si se rompe el nudo gordiano acelerará el abandono de diversas posiciones. Lo hemos visto desde hace un año con cada una de las elecciones celebradas, europeas, autonómicas, locales y generales€ La sociedad es la que empuja con sus votos, la que obliga a mover el tablero. Y a esta sociedad le han ocurrido tantas cosas desde 2008 que es lógico que se cambien muchas cosas si quiere resolverlas a tiempo o encararlas, una tras otra, algunas con el sosiego y la prudencia debida. Los experimentos, ya se sabe, con agua de Seltz.

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